jueves, 20 de marzo de 2025

¡Buenos días, amigos! 20/03/2025.

     ¡Buenos días, amigos!

Se suele confundir muchas veces o, mejor dicho, muchas veces se cree que la justicia y la misericordia son contrarias cuando no pueden serlo. Y es que, si tanto la justicia como la misericordia son virtudes, no pueden ser contrarias.

Digo todo lo anterior por una serie de reacciones que se están produciendo que se basan y son inseparables a la ira justa. Reaccionamos con ira ante hechos que entendemos que son injustos y esto es un problema. La injusticia es tan generalizada, que, sí nos permitiéramos enojarnos por cada injusticia de la que nos enteramos, estaríamos enojados todo el tiempo.

Estaría furioso ante el racismo y el sexismo, ante la discriminación religiosa y el despilfarro del gobierno, ante el consumo ostentoso a nivel personal y la explotación de los trabajadores, ante la degradación ambiental y la crueldad animal, ante la difícil situación de los refugiados, ante la violencia doméstica, la trata de personas con fines sexuales y el abuso infantil, y así sucesivamente. Si viviera así, estaría tan furioso por tantas cosas que apenas habría diferencia entre mi supuesta buena fe y un lunático desquiciado. Me amargaria. Por lo tanto, parece improbable que la ira, incluso la ira justificada, sea en realidad algo bueno.

Existen unos problemas ante la ira justa que nos llevan a una intolerancia furiosa por parte de los que defiende una “intolerancia liberal”, la ironía aquí es que, en nombre de la prevención de un conjunto de conflictos sociales, una parte de la sociedad que se basa en el liberalismo tolerante amenaza con provocar otro. Hay que tener claro que la tolerancia no es misericordia, sino parte de las concepciones liberales de la justicia. Esto significa que, aunque parezca sorprendente, el liberalismo tolerante actual es otra forma de lo que se llama política de solo justicia. Y como toda política de solo justicia, puede ser inhumana con quienes se le oponen y, con el tiempo, puede conducir a conflictos e inestabilidad social.

Otro día razonaremos un poco sobre la política de solo justicia. Pues la despiadada inhumanidad que produce se debe de tener en cuenta, ya que siempre va a conducirnos a buscar chivos expiatorios y nos llevará a una tiranía totalitaria.

Parece claro que sin justicia significa sin paz, esto es cierto, pero no hay que pasar por alto que, sin misericordia, no puede haber justicia.

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