martes, 28 de mayo de 2019

Martes 28 de mayo de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).  

A las 06:39  horas ha salido el sol y con él daremos por empezado este martes que, estoy seguro, nos deparará buenos momentos. Después, a las 21:17 horas cuando empiece la noche empezará a ser hora para repasarlo, y ver si ha sido un buen día, pero hasta ese momento vamos a intentar que así sea.
Siempre he pensado que la política tiene como principal finalidad buscar las mejores soluciones para el bien común, o sea, el bien de los andaluces, de los extremeños, de los catalanes o de los gallegos, pero tengo la impresión de que los gobernantes de cada parte de España lo que están tratando es imponer sus ideas, sus intereses, su manera de ver la vida a todos los que se hallen dentro de su ámbito de acción utilizando para ello  los medios de adoctrinamiento que tengan a su alcance.
En vez de colaboración entre las diversas formaciones políticas para superar los problemas, parece que siempre tiene que haber enfrentamiento, acoso al que piensa diferente al que se le coloca una etiqueta o una marca como a los judíos bajo el nazismo, se le señala con algún adjetivo denigratorio: facha, nazi, extrema derecha, franquista y otros por el estilo buscando su destrucción.
La forma más efectiva de manipulación ya está inventada: destruir las instituciones que sostienen al individuo, la familia, la religión, la propiedad para dejarlo indefenso frente al poder.
La familia, a la vista está, ha sido casi destruida, sus funciones van quedando en suspenso. Si no hay familia estable los hijos es un estorbo, mejor no tenerlos utilizando todos lo medios posibles. Si a pesar de todo hay familias con hijos, pues se evita que los eduquen en sus propios valores, ya los educará el gobierno, de uno u otro color, para que sean ciudadanos de este mundo tan moderno.
El problema que tiene este mundo tan moderno con la religión es parecido, la religión es la relación del hombre con Dios y si se toma en serio, puede poner en entredicho la validez de las ideas y valores que difunde este mundo tan moderno, motivo por el cual se trata de vaciarla de contenido y convencer a las personas de que los hombres somos nuestros propios dioses y que no hay mas leyes que las que emanen del parlamento.
En esos parlamentos y ayuntamientos también se decide sobre nuestro trabajo, sobre nuestras actividades, sobre nuestras propiedades y tendremos que soportar las crisis que la mala administración de los que nos gobiernan nos cause. Cada vez estamos más desamparados ante una economía que no podemos controlar, ni nuestros políticos tampoco. ¿Qué impuestos gravarán nuestros ingresos? ¿Qué ingresos podremos obtener? ¿Seguirán pagándose las pensiones? ¿Qué futuro nos espera? ¿Seguirá existiendo la España de hoy?
¿Estaré equivocado? ¿Y las cosas van mejor de lo que pienso? Difícil buscar la respuesta adecuada viendo como ese cáncer de la política que es la vanidad se adueña, no solo de los políticos ganadores, si no de alguna forma también de los que les han votado.  
El problema tal vez se encuentre en las campañas electorales, porque todos ya sabemos lo que conllevan: promesas electorales, donaciones interesadas, adquisición de compromisos ocultos, negación partidista de lo bueno que pueda tener el adversario, publicidad engañosa…
No existen en este mundo gobernantes perfectos. Lo que existen son gobiernos mejores o peores. Ojo, porque quien prometa un gobernante infalible miente. Pero me resulta tremendamente atractiva la idea de que el gobernante no haya alcanzado el poder a fuerza de empeñarse en alcanzarlo. ¿No tenemos todos, de una u otra forma, acaso esa misma experiencia personal? ¿No hemos sido mejores guías cuando no pretendíamos serlo?
Me atrevo a soñarlo también para los políticos normales ¿no sería estupendo aspirar a un acceso al poder que no dependiera directamente del pavoneo electoral?

Feliz Día.

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