“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga
nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”.
(G. K. Chesterton).
A las 06:43 ha salido el sol, y estará con nosotros
hasta las 21:11, como veis muchas horas que nos pueden dar para mucho, aunque
ya sabréis que no solo se disfruta en las horas de sol y que en su ausencia
también podemos continuar viviendo, las horas de sol son como una media verdad
que oculta la otra media, precisamente la mitad que aunque también se pueda
llenar de luz, está hecha generalmente para dormir.
¡Ay el amor! De alguna forma, esta mañana resuena
en mi cabeza ese eco lejano de la frase: “ama y haz lo que quieras” de san Agustín
de Hipona, y que se transforma muchas veces en: “si se quieren, está bien”,
“mientras haya amor…” o “si eso es lo que les hace felices, será bueno". Sin
embargo, creo que el eco de esa frase está en nuestros días distorsionado y el
mensaje original resulta irreconocible.
La clave para entender esa distorsión se
puede encontrar en la caridad, un concepto que debe estar siempre unido al
amor, el verdadero amor debe ser amor de caridad. Ya se que “eso” de la caridad
a estas horas no se pueda entender bien, pero es lo que hay, o al menos como lo
veo yo.
La palabra amor es una de las más llevadas y
traídas. Tanto que ya se ha desgastado. A cualquier cosa hoy se le llama amor. Los que han tenido la
suerte de estudiar griego recordarán que amor se dice de tres formas, y cada
una tiene su significación: eros, philía y ágape. Eros es el amor del hombre y
la mujer. De ahí viene la palabra erótico. Es el amor que surge como fruto de
la atracción de pareja. Philía es el amor de amistad o familiar. El padre
quiere al hijo y el hijo quiere al padre con un amor filial. Ágape, por el contrario, es el amor más
sublime porque es el amor que se entrega al otro sin ningún tipo de interés. Es
el amor que al final termina por convirtiéndose en caridad, misericordia y compasión.
Y, estas tres palabras encierran un gran
significado. Tanto caridad como misericordia hacen
referencia al corazón. Es querer con el corazón. Mientras que compasión hace
referencia a la actitud de querer padecer con el otro. Como se
puede ver el amor al que me refiero va más allá de cualquier sentimentalismo.
Hace referencia al centro mismo de nuestro ser. Nuestra parte más sensible.
Amar es meter al otro en mi corazón. Por eso el amor ágape es un amor universal, debo amar a todos sin discriminación; es un amor desinteresado, no busca ser
recompensado, ama porque sí; y es un amor ilimitado.
Parece que he complicado la cuestión, volvamos otra
vez al “ama y haz lo que quieras” a ver si aclaro algo. Ama y haz lo que
quieras; lo que quieras, no el capricho, no lo que se te ocurra, sino lo que
puedas querer, lo que puedes verdaderamente querer. No lo que te digan los sentimientos, o el
capricho, no, no… lo que puedas realmente querer. Ama y haz lo que quieras. Si
lo haces realmente por amor, puedes hacer lo que quieras. Lo que puedas querer
realmente por amor.
Naturalmente, si le quito el “ama”, se destruye la frase,
como es natural. No es haz lo que quieras, el capricho, o lo que te guste, o lo
que te convenga; no, no, al contrario.
Hay que memorizar que el amor que considero como
verdadero es el que está centrado en el otro. Esta es la regla más importante
del amor y os recomiendo que la recordéis muy bien. De ella derivan todas las
demás. El peligro más grande del amor, es el amor mismo pero mal enfocado. ¿Por
qué? Porque cuando el amor está enfocado en ti y no en el otro, persona amada, se convierte en egoísmo que es el contrapuesto del amor. El verdadero amor sólo
adquiere sentido cuando se ejerce en el otro, no en uno mismo.
El amor se
empieza actuando de cara al prójimo y entonces, sólo entonces, se obtienen
resultados positivos de regreso a nuestra persona. ¡Saber esto es importantísimo¡
Está 100% ligado a la verdad y al bien. En la
persona amada vemos la representación más fiel de la verdad, claro, si es que
hemos emprendido la búsqueda de la misma, pues solo se ama lo que se conoce. Así,
sabemos que junto a ella nos acercaremos cada vez más al bien último. Es muy
sencillo, quien te ama de verdad te llevará a realizar acciones correctas y
buenas. El que ama busca el bien de la persona amada.
Y ahora, si hemos entendido algo ya nos habremos
dado cuenta que ese amor duele. ¿Quéeeee? ¿Cómo de que el amor duele? En
efecto. Quien ama con todo su corazón renuncia a sí mismo y se sacrifica en pos
del ser amado y esto no siempre es placentero, pero es lo correcto.
Cuando te
está costando mucho dejar de hacer algo que tenías planeado y finalmente
cedes la elección a tu pareja, es una muestra de que la acción que estás
realizando es amor verdadero. ¿Por qué? Acuérdate, la decisión está centrada en
el prójimo, no en ti. Renunciar a ti mismo siempre duele al principio pero
resulta en una satisfacción superior al final.
La única manera de manifestar el amor a una persona
es por medio de acciones concretas. De nada te sirve saber toda la teoría si no
eres capaz de aplicarla. El amor no se puede ver precisamente porque se expresa
como verbo y como tal sólo se puede actuar. En pocas palabras, si amas a alguien
¡Demuéstraselo!
La próxima vez que te hablen de amor, ya sea en la
televisión, en el cine o en cualquier otro medio, trata de identificar las
características antes mencionadas para saber si se trata de amor verdadero o
superficial.
No te dejes engañar tan fácilmente. Recuerda que en
el amor la regla número uno y la más importante es la que te incita a mirar al
otro antes que a ti mismo. Lo sé, lo sé… no es nada fácil. Pero el que ama de
verdad es capaz de convertirse en héroe venciendo la adversidad.
Acuérdate, ¡ama y haz lo que quieras!
Feliz Día.
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