martes, 21 de mayo de 2019

Martes 21 de mayo de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton). 


A las 06:43 ha salido el sol, y estará con nosotros hasta las 21:11, como veis muchas horas que nos pueden dar para mucho, aunque ya sabréis que no solo se disfruta en las horas de sol y que en su ausencia también podemos continuar viviendo, las horas de sol son como una media verdad que oculta la otra media, precisamente la mitad que aunque también se pueda llenar de luz, está hecha generalmente para dormir.
¡Ay el amor! De alguna forma, esta mañana resuena en mi cabeza ese eco lejano de la frase: “ama y haz lo que quieras” de san Agustín de Hipona, y que se transforma muchas veces en: “si se quieren, está bien”, “mientras haya amor…” o “si eso es lo que les hace felices, será bueno". Sin embargo, creo que el eco de esa frase está en nuestros días distorsionado y el mensaje original resulta irreconocible.
La clave para entender esa distorsión se puede encontrar en la caridad, un concepto que debe estar siempre unido al amor, el verdadero amor debe ser amor de caridad. Ya se que “eso” de la caridad a estas horas no se pueda entender bien, pero es lo que hay, o al menos como lo veo yo.
La palabra amor es una de las más llevadas y traídas. Tanto que ya se ha desgastado. A cualquier cosa  hoy se le llama amor. Los que han tenido la suerte de estudiar griego recordarán que amor se dice de tres formas, y cada una tiene su significación: eros, philía y ágape. Eros es el amor del hombre y la mujer. De ahí viene la palabra erótico. Es el amor que surge como fruto de la atracción de pareja. Philía es el amor de amistad o familiar. El padre quiere al hijo y el hijo quiere al padre con un amor filial. Ágape, por el contrario, es el amor más sublime porque es el amor que se entrega al otro sin ningún tipo de interés. Es el amor que al final termina por convirtiéndose en caridad, misericordia y compasión.
Y, estas tres palabras encierran un gran significado. Tanto caridad como misericordia hacen referencia al corazón. Es querer con el corazón. Mientras que compasión hace referencia a la actitud de querer padecer con el otro. Como se puede ver el amor al que me refiero va más allá de cualquier sentimentalismo. Hace referencia al centro mismo de nuestro ser. Nuestra parte más sensible. Amar es meter al otro en mi corazón. Por eso el amor ágape es un amor universal, debo amar a todos sin discriminación; es un amor desinteresado, no busca ser recompensado, ama porque sí; y es un amor ilimitado. 
Parece que he complicado la cuestión, volvamos otra vez al “ama y haz lo que quieras” a ver si aclaro algo. Ama y haz lo que quieras; lo que quieras, no el capricho, no lo que se te ocurra, sino lo que puedas querer, lo que puedes verdaderamente querer.  No lo que te digan los sentimientos, o el capricho, no, no… lo que puedas realmente querer. Ama y haz lo que quieras. Si lo haces realmente por amor, puedes hacer lo que quieras. Lo que puedas querer realmente por amor. 
Naturalmente, si le quito el “ama”, se destruye la frase, como es natural. No es haz lo que quieras, el capricho, o lo que te guste, o lo que te convenga; no, no, al contrario.
Hay que memorizar que el amor que considero como verdadero es el que está centrado en el otro. Esta es la regla más importante del amor y os recomiendo que la recordéis muy bien. De ella derivan todas las demás. El peligro más grande del amor, es el amor mismo pero mal enfocado. ¿Por qué? Porque cuando el amor está enfocado en ti y no en el otro, persona amada, se convierte en egoísmo que es el contrapuesto del amor. El verdadero amor sólo adquiere sentido cuando se ejerce en el otro, no en uno mismo. 
El amor se empieza actuando de cara al prójimo y entonces, sólo entonces, se obtienen resultados positivos de regreso a nuestra persona. ¡Saber esto es importantísimo¡
Está 100% ligado a la verdad y al bien. En la persona amada vemos la representación más fiel de la verdad, claro, si es que hemos emprendido la búsqueda de la misma, pues solo se ama lo que se conoce. Así, sabemos que junto a ella nos acercaremos cada vez más al bien último. Es muy sencillo, quien te ama de verdad te llevará a realizar acciones correctas y buenas. El que ama busca el bien de la persona amada.
Y ahora, si hemos entendido algo ya nos habremos dado cuenta que ese amor duele. ¿Quéeeee? ¿Cómo de que el amor duele? En efecto. Quien ama con todo su corazón renuncia a sí mismo y se sacrifica en pos del ser amado y esto no siempre es placentero, pero es lo correcto. 
Cuando te está costando mucho dejar de hacer algo que tenías planeado y finalmente cedes la elección a tu pareja, es una muestra de que la acción que estás realizando es amor verdadero. ¿Por qué? Acuérdate, la decisión está centrada en el prójimo, no en ti. Renunciar a ti mismo siempre duele al principio pero resulta en una satisfacción superior al final.
La única manera de manifestar el amor a una persona es por medio de acciones concretas. De nada te sirve saber toda la teoría si no eres capaz de aplicarla. El amor no se puede ver precisamente porque se expresa como verbo y como tal sólo se puede actuar. En pocas palabras, si amas a alguien ¡Demuéstraselo!
La próxima vez que te hablen de amor, ya sea en la televisión, en el cine o en cualquier otro medio, trata de identificar las características antes mencionadas para saber si se trata de amor verdadero o superficial.
No te dejes engañar tan fácilmente. Recuerda que en el amor la regla número uno y la más importante es la que te incita a mirar al otro antes que a ti mismo. Lo sé, lo sé… no es nada fácil. Pero el que ama de verdad es capaz de convertirse en héroe venciendo la adversidad.
Acuérdate, ¡ama y haz lo que quieras!

Feliz Día.

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