“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”.
(G.
K. Chesterton).
Este sábado nos vamos a encontrar con un día que
parece ser será de los típicos de primavera, si nos da el viento tendremos que
abrigarnos y si nos da el sol un ambiente agradable, el sol lo podremos buscar
desde las 07:37 horas hasta las 20:29, las suficientes horas para poder
disfrutarlo.
He estado viendo con sorpresa lo que ha pasado en
el Parlamento Vasco y el Catalán, y me preocupa que algunos de nuestros
representantes no tengan claro, o si lo tienen claro peor, como funciona una
democracia y como no se puede ni se debe desvincular el hacer política de la
dignidad de la persona, y digo persona y no individuo.
Ya se que hemos llegado a una situación en la que,
entre “derecha” e “izquierda”, apenas hay más diferencia que un criterio
puramente económico en el gasto publico, mientras que, en el terreno de las
ideas, no hay ni siquiera debate. No hay un verdadero debate de ideas que pueda
permitir a las personas recibir y valorar distintas visiones del mundo, de la
vida y del propio hombre, porque ese debate se les ha hurtado.
Esta situación ha permitido que llegue a los
parlamentos personas que no entienden desde dentro la democracia; ¿Cómo se puede
alegar que una persona es de una forma antes de ser elegido y después es
diferente?, yo voto a una persona antes de ser elegida no después; ¿Cuál es la base
de esos partidos? Acabamos de ver cómo se llega al parlamento con la idea de
que un político debe juzgar actos saltándose todo el sistema judicial sin
saber, y si lo saben peor, que debe existir una separación de poderes; que un
parlamento deba juzgar unas actuaciones policiales por encima del sistema judicial
es de no haber entendido nada de lo que es un sistema democrático. Si se comete
un delito se presenta primero en un juzgado no en un parlamento.
No sé con qué cultura democrática se presentan a
las nuevas elecciones los nuevos candidatos pero si no comprenden bien algo tan
importante como que existe una diversidad en las personas y en las
instituciones vamos mal. Si desde la guardería han recibido un mensaje único,
un criterio único y una historia falsa, manipulada. Es muy difícil que alguien
que ha “mamado” durante toda su vida un mismo producto, llegar a darse cuenta
de que ese producto está adulterado, y de que, para llegar a alcanzar realmente
una cierta libertad de criterio, es necesario aprender a ser crítico con lo
aprendido, abrirse a otros criterios, a otras concepciones, estudiarlas,
analizarlas e intentar llegar a conclusiones basadas en una cierta capacidad
crítica.
Hay una prueba que me reafirma en esta teoría, es
que, basta pronunciar ciertas palabras o invocar ciertas ideas para provocar en
muchos de los candidatos en estas elecciones una reacción automática de rechazo
y de agresividad, que no les permite siquiera plantearse analizar lo que hay en
realidad tras esas palabras o ideas tabú. Es una conducta condicionada.
En la mente de muchos de nuestros aspirantes a
parlamentarios o concejales se ha construido un esquema rígido de buenos y
malos. No hay grises, no hay un terreno para el juego. Es un esquema en blanco
y negro. El que no acepta tal cosa es un “facha”; el que defiende tal otra cosa
es un “facha”. Y ni siquiera se plantean lo que es el fascismo, pero lo usan a
destajo. Es la extrema simplificación del mundo, una simplificación incompatible
con la vida, al menos con la vida de una persona.
Por eso no sirve de nada que intente ahora reconstruir
y exponer cualquier idea que yo crea verdadera, que intente crear un debate
real en el terreno de las ideas, plantear alternativas, porque me encontraré con
la resistencia de unos actos reflejos condicionados y creados por toda una vida
vivida en una sola dirección, sin diversidad. La base del totalitarismo es la
uniformización. Muchos de nuestros aspirantes a políticos se llenan la boca de
palabras como “democracia” y “libertad” y no se dan cuenta de que la democracia
y la libertad pueden falsificarse cuando los medios de comunicación pertenecen
a grupos de presión o dependen de las subvenciones públicas, cuando la enseñanza
se convierte en ideología, en definitiva, cuando se elimina la diversidad.
Tengo la impresión que nos acercamos más aun
totalitarismo como el descrito por Orwell que a la democracia, y ese
totalitarismo desplazará todo vestigio de democracia y de libertad si esas
generaciones que se presentan ahora no logran liberarse de esa uniformización,
si no se abren a la diversidad que pueden encontrar en muchos lugares, en
muchas fuentes, si son capaces de reprimir sus reflejos establecidos.
Ya se que ahora, alguien estará pensando: “pero tu
que creciste en el franquismo no estas también condicionado”. Es posible, pero
en mi juventud tuve la suerte de que los quioscos estaban llenos de una
cantidad de revistas que comprábamos como Triunfo, Cuadernos para el diálogo, Hermano
lobo, Cambio 16…etc. en las que colaboraban Haro Tecglen, Vázquez Montalbán,
Carandell, Márquez Reviriego, Alonso de los Ríos, Miret Magdalena y muchos
otros intelectuales, en las que aprendí a valorar unas ideas y ver que otras no
me llevarían a ninguna parte.
Esperemos que nuestros nuevos representantes hayan
utilizado parte de su tiempo en conseguir una cierta libertad de criterio y que
sean capaces de decidir por si mismos cuando depositen su voto en los
parlamentos o los ayuntamientos, y sepan ver si la disciplina de voto de sus
partidos les obliga a votar algo que va en contra de sus criterios, y si les
obligan que piensen y razonen si ese partido entiende lo que es la democracia.
Feliz y Dulce Día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario