lunes, 22 de abril de 2019

Lunes 22 de abril de 2019.


Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).


Me parece que tampoco vamos a ver el sol en todo el día de hoy, pero amanecerá a las 07:14 horas y el ocaso será a las 20:44 horas, un lunes de Pascua triste.
Si he oído bien esta semana va de debates, supongo que políticos, y puede que estén bien si se olvida imponer silencio a algunas opiniones. Lo malo en imponer silencio a la expresión de opiniones radica en que supone un robo a todos los que nos interesa ver cualquier punto de vista, también es un robo a los que están en contra y a los que la sustentan. Veamos, si esa opinión es justa se les priva de la oportunidad de dejar el error por la verdad, si es falsa, pierden lo que es un beneficio no menos grande: una percepción más clara y una impresión más viva de la verdad, producida por su choque con el error.
Pensaba que la ley protegería a los que piensan diferente, a los disidentes y a los escépticos de los ataques pensados para intimidarlos o silenciarlos, por la simple razón de que la verdad y los argumentos deben ser sagrados y deben protegerse de quienes buscan suprimirlos. Además, pensaba que la opinión pública estaba totalmente del lado de la ley, lista para avergonzar a quienes asumieran el derecho de silenciar a sus oponentes, independientemente del motivo de la discusión y de cuan extremas y absurdas fueran las visiones expuestas.
Pero, todo eso está cambiando hoy en día. He visto que constituye un delito incitar al odio hacia grupos religiosos y raciales. Tengo la opinión de que la expresión "incitar al odio" no sólo está cargada de implicaciones sino que además es indefinida. ¿Acaso incito al odio hacia un grupo religioso cuando critico sus creencias abiertamente? Creo que según la ley, debería usar "palabras y comportamiento amenazantes" y también debería tener la intención de incitar al odio.
La duda me surge, ¿ofender es motivo suficiente para condenar a alguien por un delito? Pensaba yo que la respuesta correcta a palabras ofensivas es ignorarlas o contestar con una reprimenda. Pienso que si tengo que invocar la ley, después de todo, debería ser para proteger a quienes ofenden, pero no a los que se ofenden. Ahora parece que es al revés.
Voy a intentar aclararme un poco, no es la mentira la que provoca la mayor de las ofensas, sino la verdad. Una persona puede soportar insultos y abusos cuando sabe que son falsos. Pero si los comentarios que te ofenden son verdaderos, esa verdad se convierte en un puñal en el alma y gritas "¡mentira!" en tu tono más elevado y sabes que debes silenciar a los portavoces.
Eso es lo que pienso que esta sucediendo en muchos temas. Cuando la gente inventa una fobia para explicar todas las críticas, no es ese tipo de abuso el que tiene en mente. Se quiere ocultar la verdad para gritar "¡mentira!" ante las críticas y silenciar todo intento de discusión. Veo que los verdaderos problemas que tienen algunas ideas no quieren someterse a discusión.
La libertad de expresión no es la causa de las tensiones que están surgiendo entre nosotros, sino que es la única solución posible para ellas. Si nuestros gobernantes quieren erradicar muchos extremismos, entonces, deberían estar alentando a las personas para que debatan sobre ese tema abiertamente, sin tener en cuenta quien pueda ofenderse.
Utilizar constantemente la “incitación al odio” para callar a nuestros oponentes no es una solución honesta pues conlleva verdaderos costos sociales, sobre todo para quienes ocupan un cargo público, pues el miedo a la acusación, a quedarse al margen de la gente, a no estar implacablemente del lado de la opinión generalmente aceptada, hace que se retraiga la verdadera libertad de expresión.
Los políticos no han hecho un análisis suficiente de lo que querían decir con "incitar al odio". Es por este preciso motivo que deberían haber tenido cuidado a la hora de incorporar frases ambiguas que podrían utilizarse para silenciar un debate. Podemos no estar de acuerdo con una opinión, pero de ello no puede surgir la acusación de que por decirlo han incitado al odio. Sin importar cuan equivocada pueda ser su opinión, constituye un aporte legítimo al debate público que tanto se necesita hoy en día, un debate que no tendrá lugar ahora por ser tan feroz la condena a quienes difieren de la opinión permitida.
Entonces, ¿cuál sería el rol de la ley a la hora de controlar el foro del debate público? Me parece que no debería criminalizar opiniones que ofenden a otros, sino proteger a quienes las expresan. ¿Cómo descubriré quién tiene razón? Seguramente considerando los argumentos, poniendo las opiniones antagónicas en la balanza de un debate razonable y alentando la libertad de expresión de opiniones contrarias.
De eso se trata la libertad de expresión y el motivo por el cual la ley se propone protegerla. La verdad surge a partir de nuestros numerosos errores y tanto los errores como la verdad deben protegerse. Sin embargo, el disconforme ahora queda expuesto a la intimidación y al abuso públicos en una escala inconcebible antes de la invención de Internet.
Sobre algunos temas ya no hay posibilidad de un debate libre en ninguna parte, por lo que nunca sabremos quién tiene razón si los que discrepan o quienes intentan silenciarlos.
Feliz Día.

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