martes, 9 de abril de 2019

Martes 9 de abril de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).

Vamos a ver si hoy tenemos un poco más de suerte y el sol puede alumbrarnos, desde luego lo intentará desde las 07:33 horas hasta las 20:32. Según puedo ver ahora desde mi ventana parece ser que si, aunque el viento que oigo puede molestar un poco.
Mire donde mire todo es política y elecciones, no recuerdo cuanto tiempo hace que la política no esta en el primer plano de la actualidad en España, debe de hacer años que todo es política, elecciones y partidos políticos.
Ya se que las elecciones son indispensables en una democracia pero es que llevamos tanto tiempo hablando de ellas que veo que se están produciendo ciertas deformaciones que trastornan su sentido e inducen a un posible error.
Los partidos políticos, con sus estructuras y sus disciplinas más o menos rígidas junto con las listas "cerradas y bloqueadas", nos están limitando nuestra libertad como electores puesto que están llevando estas elecciones en términos de "triunfo o derrota" de un partido sobre otros. Si resumo lo que escuche ayer sobre los programas de los diferentes partidos me da la impresión que se reduce a mera "hostilidad", al afán destructor del otro partido haciendo propuestas cuanto más alejadas de los demás mejor, diferentes, que se vea que no “somos iguales”, con la sola intención de desplazar del poder al partido que lo tiene, o bien impedir su acceso al gobierno.
Esa actitud que estoy viendo hasta ahora lleva a que sea una campaña de total esterilidad, puesto que se esta atendiendo exclusivamente, o al menos de forma predominante, a los intereses particulares de unos grupos, profesiones o, en forma extrema, a las autonomías. Me esta llamando también la atención la falta de propuestas para todo lo que es común y en general en las propuestas de todos los nacionalismos, para los que no existe más que una parte del país, que no muestran el menor interés por el conjunto, dentro del cual van a tener que desenvolverse.
Otra curiosidad que encuentro es la preocupación por lo que se suele llamar una "ideología", que suele encubrir una alarmante escasez de ideas, los términos "derecha" e "izquierda" en los que cada partido quiere posicionarse, son indicio de una manía por reducir sus ideas y proyectos, que impide toda visión razonable de las cuestiones reales.
Es cierto que el triunfo de un partido lleva a una orientación política determinada, a un estilo, a una serie de problemas a los que se concede más importancia; en suma, a una orientación de la vida pública durante un periodo que puede ser bastante largo. Si tenemos un poco de memoria histórica, se puede comparar, y es un recurso decisivo para el funcionamiento de la democracia. Hemos tenido ya diferentes gobiernos, de diferentes partidos, con resultados próximos y comprobables, y nuestra opción debe estar condicionada por los resultados, la satisfacción o el descontento. ¿Se desea renovar una experiencia pasada, cuyos resultados están presentes, volver a ella, o seguir en otra dirección?
Pero todo esto, con ser importante, es relativamente secundario. Tras unas elecciones, una nación, en nuestro caso España, emprende una trayectoria, que ciertamente se puede modificar o rectificar, pero que da una figura determinada al país en que se va a vivir. Nos tenemos que preguntar si coincide o no, y en qué medida, con lo que entendemos por esa realidad de que estamos hechos y con la cual vamos a realizar nuestras vidas. Nos vamos a sentir "cómodos" en esa configuración, o acaso vamos a experimentar la extraña e inquietante situación de que aquello es "ajeno" o se está enajenando.
Al mirar hacia adelante, al anticipar el futuro, ¿sentimos un horizonte abierto, un camino que deseamos seguir, que puede ser "nuestro", o sentimos temor de entrar en "tierra extraña"? Esto es lo decisivo, lo que verdaderamente se elige, más allá de los intereses particulares, de las cuestiones que directamente nos afectan. Mucho más que todas ellas nos concierne la figura total de nuestra sociedad, el "argumento" que va a tener, que nos parece prometedor e ilusionante o suscita temor o repulsión.
Todo lo demás, que hay que tener en cuenta, queda en segundo plano, porque esa figura global es la que va a condicionar todos los demás aspectos y les va a conferir un sentido al que podemos sumarnos con entusiasmo y tranquilidad de conciencia, o con inquietud y sospecha de que nos estamos equivocando.

Feliz Día.

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