“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”.
(G.
K. Chesterton).
Vamos a ver si hoy tenemos un poco más de suerte y
el sol puede alumbrarnos, desde luego lo intentará desde las 07:33 horas hasta
las 20:32. Según puedo ver ahora desde mi ventana parece ser que si, aunque el
viento que oigo puede molestar un poco.
Mire donde mire todo es política y elecciones, no
recuerdo cuanto tiempo hace que la política no esta en el primer plano de la
actualidad en España, debe de hacer años que todo es política, elecciones y
partidos políticos.
Ya se que las elecciones son indispensables en una
democracia pero es que llevamos tanto tiempo hablando de ellas que veo que se
están produciendo ciertas deformaciones que trastornan su sentido e inducen a
un posible error.
Los partidos políticos, con sus estructuras y sus
disciplinas más o menos rígidas junto con las listas "cerradas y
bloqueadas", nos están limitando nuestra libertad como electores puesto
que están llevando estas elecciones en términos de "triunfo o
derrota" de un partido sobre otros. Si resumo lo que escuche ayer sobre
los programas de los diferentes partidos me da la impresión que se reduce a
mera "hostilidad", al afán destructor del otro partido haciendo
propuestas cuanto más alejadas de los demás mejor, diferentes, que se vea que
no “somos iguales”, con la sola intención de desplazar del poder al partido que
lo tiene, o bien impedir su acceso al gobierno.
Esa actitud que estoy viendo hasta ahora lleva a
que sea una campaña de total esterilidad, puesto que se esta atendiendo exclusivamente,
o al menos de forma predominante, a los intereses particulares de unos grupos, profesiones
o, en forma extrema, a las autonomías. Me esta llamando también la atención la
falta de propuestas para todo lo que es común y en general en las propuestas de
todos los nacionalismos, para los que no existe más que una parte del país, que
no muestran el menor interés por el conjunto, dentro del cual van a tener que
desenvolverse.
Otra curiosidad que encuentro es la preocupación
por lo que se suele llamar una "ideología", que suele encubrir una
alarmante escasez de ideas, los términos "derecha" e
"izquierda" en los que cada partido quiere posicionarse, son indicio
de una manía por reducir sus ideas y proyectos, que impide toda visión razonable
de las cuestiones reales.
Es cierto que el triunfo de un partido lleva a una
orientación política determinada, a un estilo, a una serie de problemas a los
que se concede más importancia; en suma, a una orientación de la vida pública
durante un periodo que puede ser bastante largo. Si tenemos un poco de memoria
histórica, se puede comparar, y es un recurso decisivo para el funcionamiento
de la democracia. Hemos tenido ya diferentes gobiernos, de diferentes partidos,
con resultados próximos y comprobables, y nuestra opción debe estar condicionada
por los resultados, la satisfacción o el descontento. ¿Se desea renovar una experiencia
pasada, cuyos resultados están presentes, volver a ella, o seguir en otra dirección?
Pero todo esto, con ser importante, es
relativamente secundario. Tras unas elecciones, una nación, en nuestro caso
España, emprende una trayectoria, que ciertamente se puede modificar o
rectificar, pero que da una figura determinada al país en que se va a vivir. Nos
tenemos que preguntar si coincide o no, y en qué medida, con lo que entendemos
por esa realidad de que estamos hechos y con la cual vamos a realizar nuestras
vidas. Nos vamos a sentir "cómodos" en esa configuración,
o acaso vamos a experimentar la extraña e inquietante situación de que aquello
es "ajeno" o se está enajenando.
Al mirar hacia adelante, al anticipar el futuro,
¿sentimos un horizonte abierto, un camino que deseamos seguir, que puede ser
"nuestro", o sentimos temor de entrar en "tierra extraña"?
Esto es lo decisivo, lo que verdaderamente se elige, más allá de los intereses
particulares, de las cuestiones que directamente nos afectan. Mucho más que
todas ellas nos concierne la figura total de nuestra sociedad, el
"argumento" que va a tener, que nos parece prometedor e ilusionante o
suscita temor o repulsión.
Todo lo demás, que hay que tener en cuenta, queda
en segundo plano, porque esa figura global es la que va a condicionar todos los
demás aspectos y les va a conferir un sentido al que podemos sumarnos con
entusiasmo y tranquilidad de conciencia, o con inquietud y sospecha de que nos
estamos equivocando.
Feliz Día.
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