lunes, 15 de abril de 2019

Lunes 15 de abril de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton). 

Vamos a tener sol desde las 07:24 horas hasta las 20:37 en este lunes de Semana Santa, un día en el que como todos los lunes nos vamos a tener que esforzar un poco para ir cogiendo nuestro ritmo diario.
Para muchas personas comienza una semana muy especial. Tan especial que la Iglesia la llama la semana “santa”. Hay que recordar que se conmemora lo que es el centro de la fe cristiana. Si nos acordamos o repasamos el Credo veremos que Jesucristo murió (viernes santo), fue sepultado (sábado santo) y resucitó al tercer día (domingo de resurrección).
Para ver la importancia que tienen estos días para los cristianos hay que tener en cuenta que no se conmemoran estos hechos como quien hace un repaso a una historia que sucedió hace dos mil años, sino que en los actos litúrgicos se experimenta ahora esa realidad. Si fuese un simple recuerdo, bastaría con poner en marcha los ritos de todos los años, como una representación de una obra de teatro, pero no: ¡Es una experiencia que acontece hoy, que afecta al presente! Lo importante de esta semana no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó.
Una semana sin duda especial y diferente en muchas de nuestras ciudades, ya hemos visto como han empezado a desfilar los pasos de Semana Santa. Hemos empezado ya con la música de los tambores, las velas, las túnicas, y, sobre todo, las imágenes, a veces de un realismo espeluznante que nos pueden llegar a conmover ante el sentido de pertenencia a una fe, pero también a una cultura muy arraigada en nuestro país.
Junto a esos pasos que vamos a ver en las procesiones existen otros que no llevan ni velas ni flores ni mantos, son los otros pasos, los que no van en andas ni encuentran costaleros que arrimen el hombro. No tienen lágrimas de cera, las tienen de verdad. Pasan por nuestras calles todos los días del año, tan desapercibidos, que a veces ni los miramos. Es ya tanta la frecuencia que apenas nos conmueven.
Acordémonos de ellos, son lo que no saben qué les deparará este nuevo día, los que parece que no tienen ningún derecho y que no saben qué va a ser de ellos y de los suyos, son los que buscan un lugar en nuestra sociedad, los ancianos que sienten que son un estorbo…
No hay que olvidarse de esas otras procesiones que siguen pasando todas las semanas del año por delante de nuestras casas y que nos dicen lo mismo.

Feliz Día. 

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