sábado, 1 de junio de 2019

Sábado 1 de junio de 2019.


Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).


Hoy el sol nos alumbrará, como nos tiene tan bien acostumbrados, hasta las 21:30 horas y será en parte responsable de la buena temperatura que vamos a disfrutar, aunque es bastante fácil que tengamos también calor.
Una de los aspectos de la vida que cada vez veo que son más complicados de llevar a cabo consiste es saber utilizar correctamente lo que tenemos y evitar apegarnos a ello, por si fuese necesario poderlos utilizar al servicio de los demás.
Muchos de nosotros estamos viviendo y trabajando sin descanso para poseer aquello que tanto nos ilusiona, un coche, joyas, ropa, aparatos, etc. y nuestra vida se mueve alrededor de ese compás, sin embargo si no tenemos cuidado puede llegar un momento en que a pesar de la insatisfacción que nos produce llenarnos de cosas, pretendemos que éstas llenen un vacío interior.
A veces en broma, pero muchas veces en serio hemos escuchado decir de alguien: “quiere más a su coche que a (…)”, “ni se te ocurra tocar sus (…) porque tendrás problemas”, “ni se lo pidas, jamás te lo prestará”, “ todo su dinero lo ocupa para (…)”, etc., y todas ellas reflejan a una persona con apego inmoderado por lo que tiene. Debemos recordar que las personas y su bienestar ocupan el primer lugar en nuestras necesidades, antes que nuestra persona misma o lo que poseemos.
Existen personas que materialmente ponen el corazón en las cosas materiales. A veces por los recuerdos que evocan, pero en otras debido al valor económico que tienen o simplemente por el trabajo que supuso adquirirlos. Me estoy refiriendo al apego que se suele tener a las cosas y no a lo que tiene que ver con el hecho de cuidarlas y hacer un buen uso de ellas.
Cuando apreciamos más a las cosas que a las personas es cuando no entendemos que debemos compartir lo que tenemos, o lo hacemos de mala gana. El desprendimiento supone un esfuerzo para superar ese sentimiento de posesión y exclusividad de lo que poseemos para ofrecerlo gustosamente a los demás.
No hay que confundir la generosidad con el hecho de deshacernos de todo aquello que no utilizamos, que es inservible o se ha convertido en un estorbo, esta actitud si la analizamos un poco, nos daremos cuenta que manifiesta poco respeto por la persona que lo recibe, independientemente de su condición y situación actual.
Puede parecer que me estoy refiriendo solo a objetos, pero nuestros recursos van más allá de lo que se puede tocar, poseemos conocimientos, cualidades y habilidades que muchas veces nos cuesta trabajo poner a disposición de las personas, porque requiere prescindir de nuestro descanso, gustos, preferencias y comodidades para llevarlas a efecto.
El valor del desprendimiento ayudará a nuestra sociedad al convertirnos en personas más altruistas y generosas, brindará un mejor ambiente en nuestras relaciones con amigos y familiares y nos convertirá en personas que tienen el corazón puesto en el lugar correcto.
Feliz Día.

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