lunes, 10 de junio de 2019

Lunes 10 de junio de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton). 

Ya se nos ha terminado el fin de semana, y como sucede siempre nos espera el lunes, que esta vez comenzará con la salida del sol a las 06:35 horas y lo podremos dar por terminado a las 21:25 horas cuando se nos marche a descansar.
El otro día ya tuve ocasión de referirme un poco a la cuestión de la perspectiva con que cada uno de nosotros vemos las cosas. 
Se dice a menudo que cada persona ve la realidad desde su propia perspectiva y aporta siempre un punto de vista peculiar, que es tan válido como cualquier otro. Pero en realidad ¿Es esto verdad?  Pues, por ejemplo, en un plano de la realidad sí, en otros no.
Si nos referimos por un aspecto físico de las cosas y si nuestros sentidos funcionan adecuadamente ninguna de las opiniones que se puedan tener puede considerarse como la única y aceptable. Por ejemplo si contemplamos una montaña desde vertientes distintas, tomamos vistas diferentes de la misma. Ninguna puede por lo tanto considerarse como la única aceptable y válida.
Pero, subamos un escalón más, a un modo de contemplación más complejo, por ejemplo en el estético. Aquí, las condiciones que debemos cumplir son más sutiles. Necesitamos de una preparación adecuada para que nuestra experiencia estética sea auténtica. Cuantos tenemos una agudeza normal de visión, podemos contemplar por ejemplo un cuadro tan conocido como El entierro del Conde de Orgaz, de El Greco. Las diferentes perspectivas que tengamos del mismo según nuestra posición espacial son todas justas. Pero la visión estética del cuadro sólo puede tenerla quien previamente haya cultivado su sensibilidad.
¿Por dónde has de empezar a contemplar el cuadro? ¿Qué función artística ejercen el amarillo sulfuroso del manto de San Pedro y el azul del manto de María? ¿A qué responde que el artista haya acumulado varias cabezas de caballeros castellanos por encima de la cabeza de San Agustín? Estas cuestiones pertenecen a la contemplación estética de la obra. El que no haya sido formado en Estética no sabe contestarlas, y ni siquiera tal vez formularlas. ¿Cabe decir que las formas de ver el cuadro que tienen las personas que gozan de vista normal son todas igualmente válidas? Evidentemente, no.
Pero alguien me puede decir que de gustos no hay nada escrito, nada regulado de modo universalmente válido. Es cierto, pero el gusto necesita ser cultivado. Si una persona formada estéticamente emite un juicio sobre una obra de arte o un paisaje, su opinión ha de ser tenida en cuenta aunque contradiga nuestro parecer personal. Cuando alguien carente de toda sensibilidad estética manifiesta su aversión hacia una obra de calidad, tenemos perfecto derecho a no prestarle oídos.
Hay que respetar a la persona, pero no hay que dedicar mucho tiempo a una opinión que no supone un juicio “respetable”, en el sentido de que este bien fundamentado, resultado de una mente y una sensibilidad debidamente formadas.
Vamos teniendo claro, poco a poco la idea de que no todo vale. Resulta que en los distintos aspectos de la vida humana hay que cumplir determinadas exigencias. Si no se cumplen, no se logran ciertos objetivos en cuanto a conocer, sentir, amar y crear.
Hoy se oye muchas veces; "Esta es mi opinión, ésta es mi verdad, y usted quédese con la suya". Con ello se da por supuesto que la verdad es relativa a cada sujeto porque pende de él. ¿Es esto aceptable?
Hay que pensarlo un poco antes de contestar.

Feliz Día.

No hay comentarios: