“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga
nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al
respecto”. (G. K. Chesterton).
Parece que hoy a pesar de que vamos a tener sol
desde las 06:35 horas hasta las 21:26, el día no será lo caluroso que debería
para estas fechas, aunque no por eso dejará de ser un buen día.
Todos sabemos que muchas veces perdemos el sentido
común ante la sensibilidad del corazón. Los sentimientos muchas veces nos
traicionan, y cuando la cabeza no es capaz de controlar al corazón podemos llegar
a perder el norte.
Esto lo saben muy bien los estrategas políticos y
lo vemos muchas veces. Para intentar convencernos de lo necesaria que resultaría
una ley, o una ayuda determinada, se lanzan mensajes sentimentales hacia
nuestros corazones. Imágenes que muestran cómo la enfermedad y el dolor
consumen al pobre enfermo nos llevarán a pensar que probablemente el derecho a
morir dignamente es incluso una necesidad. Caras de jóvenes chicas embarazadas inquietarán
nuestra solidaridad para hacernos ver que abortar es la mejor solución ante la
cantidad de problemas que les esperan… ¡cualquiera se niega a ampararles con
una ley!
Matrimonios que han visto cómo el amor se ha ido marchitando,
descuidados los pequeños detalles día tras día, y ven florecer nuevos brotes de
apasionamiento en otras posibles personas... ¡hay que darles el derecho al
divorcio y reestructurar de nuevo su propia vida! ¡Hay que respetar todos sus derechos!
¡Hay que buscar las leyes que les faltan! ¡Hay que incrementar las ayudas económicas
para que puedan disfrutar lo que no han podido hasta ahora!
El corazón es frágil, y la emoción brota enseguida.
Pero a mi, personalmente, me emociona mucho más cuando veo al enfermo que lucha
por mantener la esperanza en medio de su enfermedad; cuando una joven, sin
quererlo ni buscarlo, se entrega por sacar adelante al hijo no deseado; cuando
una joven pareja, hombre él y chica ella, se ilusionan ante el estreno de una
larga vida en común; cuando un matrimonio, intentando reflotar el barco, se
esmeran por hacer resurgir el amor cuando ven que éste se marchita... para
ellos no existen muchos derechos, para ellos no se invierten grandes cantidades,
para ellos los políticos no se acuerdan... porque lo ordinario no vende, no
está de moda.
Pero ahí están todas estas vidas cruzadas, silenciosas
y discretas pero que no por ello dejan de existir, que también, como los que
ahora reclaman sus derechos, tienen el derecho a tener sus propios derechos.
Feliz Día.
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