“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).
Empezamos hoy la última semana de la primavera y lo
vamos a hacer con la salida del sol a las 06:35 horas, un sol que nos
acompañara hasta las 21:28. Una semana en la que los días serán los más largos
del año, a partir del viernes empezaremos a ver como lentamente los días se harán
más cortos.
Me acuerdo que hace años me resultaba curioso ver
en los principales monumentos de las ciudades a oleadas de turistas japoneses
haciendo fotografías a todo lo que se les ponía por delante. Tengo que
reconocer que los miraba casi con cierta lástima aunque es posible que también
los viese con un poco de complejo de superioridad: llegan, se hacen la foto, y
se van.
Han pasado los años, y veo que esa costumbre la
hemos adaptado a nuestras vidas de una forma un poco exagerada. Llegamos a un
sitio, hacemos una foto con nuestra cámara o nuestro móvil, y nos vamos a
buscar lo siguiente que nos encontremos por delante. Pienso que existe una “cultura
de la foto”. Y pienso que nos tendríamos que preguntar: ¿qué me interesa, la
fotografía de lo que tengo delante o el buen sabor de la experiencia?
No os parece raro hacer largos viajes, hacer
infinidad de sacrificios para ir a ciertos lugares simplemente para hacer una
foto y verla en la pantalla del móvil o del ordenador, y que ahí acabe todo. No
es una pena. Cuántas veces en estas semanas, añorando las pasadas vacaciones, o
las minivacaciones de fines de semana, escuchamos como resumen y testigo de ese
gran momento: ¡mira qué fotografías!
No estoy contra las fotografías, las imágenes que
nos recuerdan maravillosas experiencias, pero el peligro está ahí: Llegamos,
esperamos, la foto, y a lo siguiente. Sin percibir, ni saborear con gusto y
tranquilidad la belleza del momento, la grandeza de la obra de arte o lo inenarrable
de la experiencia. ¿Qué valores hay detrás de nuestras costumbres, de nuestra
vida? ¿La foto? ¿El tener? ¿El hacer? ¿El ser?
Es verdad que una imagen vale más que mil palabras,
pero si saboreamos la experiencia que hay detrás; de lo contrario, es un
producto virtual más, de usar y tirar.
Feliz Día.
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