viernes, 15 de marzo de 2019

Viernes 15 de marzo de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton). 


He disfrutado hace un momento de la salida del sol, a las 07:12 horas he visto como amanecía, es curioso que un acontecimiento como este que sucede todos los días nos resulte tan diferente y sorprendente cada vez que lo observamos, pero no quisiera seguir por esta camino, otro día tal vez. El sol nos acompañará hasta las 19:07 horas.
Aunque no debería de ser así, pero vamos a estar de campaña electoral durante algunos meses a los que tendremos que añadir los meses en los que se formarán los pactos para poder gobernar, por lo que vamos a estar condicionados por una propaganda que por un lado intenta desfigurar la realidad y que tratará de imponernos una supuesta realidad.
Ahora bien, si realizo un intento de desechar la imagen que nos está proyectando la propaganda de los partidos políticos, ¿podré ver la realidad de las principales formaciones políticas?  Me parece que es complicado.
Como saber que se esconde detrás de las calificaciones que se usan constantemente, la propaganda califica a partidos “de derecha”, a otros de “la derechona” ¿Qué es eso de derechona?, algún partido es tachado de “la extrema derecha” a otro de “la extrema izquierda y a unos cuantos “de populistas”.
Si nos dejamos dominar por la propaganda no vamos a poder entender nada, aunque pienso que también es un error desentenderse de la política por no hacer un esfuerzo en aclarar un poco nuestra visión de los partidos políticos que se presentan a estas elecciones.
Si lo pienso me doy cuenta que tengo la responsabilidad de discernir con la máxima objetividad que pueda cuáles son las ideas reales de cada opción política, he intentar averiguar quienes promueven y defienden todos los derechos humanos y buscan el bienestar de todos en especial de los más desfavorecidos. Hay que estudiar las propuestas antes de apoyarlas, hacer propaganda es fácil, trasladarla a la realidad ya no lo es tanto.
Más que basarse en lo que dicen los políticos, hay que analizar lo que han hecho para ver si son coherentes, íntegros y honestos. El que nos quiere engañar siempre disfraza sus intenciones con argumentos de lo más apetitosos.
Tengo que evitar la demagogia, los políticos saben que teclas tocar para encender las emociones, muchas veces lo hacen irresponsablemente. Cuidado con la manipulación de los sentimientos hacia nuestra tierra, hacia el sufrimiento de los pobres, la libertad, etc. Con frecuencia se crea un mito en torno a un político o se destruye su reputación en base a la repetición de falacias. No nos debemos dejar llevar por las emociones ni por la fiebre que incita a las masas. 
No hay que dejarse engañar por promesas. La prosperidad requiere un largo proceso de construcción y fortalecimiento de un sistema de gobierno, de educación, de trabajo, etc., bajo un estado de derecho que proteja justamente a todos los ciudadanos. Esto no se consigue con la demagogia. Hay que estar preparado para tomar opciones que no sean populares pero que sean justas.
Tengo ordenar mis prioridades; el bien común debe estar por encima de intereses personales. Al mismo tiempo, no se deben violar los derechos naturales de ninguna persona. No voy a votar por quien viola la ley natural aunque por otra parte tenga buenas propuestas. No voy a votar por candidatos que favorecen la inmoralidad aunque en este caso me encuentro con que todos los candidatos carecen de una clara posición moral que cubra todos los campos.
En fin, tengo la responsabilidad de votar habiendo seriamente estudiado los programas y conocido la posición de los candidatos. No debería por muy complicado que parezca ver las cosas claras librarme de mi responsabilidad civil ya que eso sería cederle el paso a malos proyectos.  El hecho de que haya muy malos políticos no me exonera de mi responsabilidad. Más bien, me reta para intentar trabajar por un mundo mejor.
Mi libertad es un don que conlleva una gran responsabilidad. Como ciudadano estoy comprometido a ejercer mi libertad siempre para hacer el bien y nunca para violar los derechos ajenos. Vamos a intentarlo.

Feliz Día.

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