sábado, 9 de marzo de 2019

Sábado 9 de marzo de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).


Dentro de pocos minutos tendremos la oportunidad de admirar una buena salida de sol, será a las 07:21 horas y la puesta de sol será a las 19:01, como podéis observar ya son muchas las horas que nos alumbra por lo que hay que aprovecharlo, pues en verano este mismo sol calienta demasiado.
Después del Día Internacional de la Mujer y de la Huelga General de ayer y de haber escuchado y leído los discursos que se hicieron, quisiera, completarlos con unas sugerencias que pienso que no se abordaron con la suficiente contundencia.
Es una opinión personal y por lo tanto no debería de tener mayor trascendencia ni importancia y se debería de considerar como un apoyo más a las mujeres.  
No he oído que se condenara de una manera concluyente la pornografía, pues considero que es una deshonra de la mujer y además, según dicen, es el medio a través del cual muchos adolescentes obtienen una imagen distorsionada de la sexualidad y que les lleva a cometer agresiones sexuales.
También me gustaría recordar que la prostitución es uno de los principales factores de violencia estructural contra la mujer y que me hubiera gustado ver más representado en las reivindicaciones de ayer, aunque también me gustaría que lo estuviera en el pacto de estado sobre la protección de la mujer, donde prácticamente no se menciona.
Otra de las cuestiones en las que pondría mucha más atención es en las discriminaciones que sufren las mujeres embarazadas en su trabajo y la falta de protección laboral, así como noto a faltar por parte de los servicios públicos una falta de atención y ayuda económica a las mujeres que quieran ser madres, parecida o más de la que se da a las mujeres que quieren abortar. Siguiendo con esta misma cuestión quiero añadir que no me gusta la imagen que se está dando de que el embarazo es como si fuera una enfermedad sexual, olvidándose de que es el acto que da la vida, así como considerar a la mujer que quiera tener hijos como una cosa rara.
Las viudas, no vi ayer que se reivindicará con fuerza algo tan elemental como la necesidad de que sus ingresos sean suficientes como para no incurrir en una situación de precariedad económica. Y es que la mujer que ha dedicado su vida a la familia parece que no estuvo ayer bien representada en los manifiestos ni en los discursos que se pronunciaron.  
Siguiendo casi con el mismo tema, la mujer tiene el derecho a elegir si prefiere dedicar menos o nada de su actividad a un trabajo asalariado. La respuesta a esta libertad no es que el estado entre en los dormitorios de las parejas para decirles quien ha de dejar de trabajar y quién no, sino que debe de garantizar una renta para el miembro de la familia que opte por dedicarse al cuidado de los hijos o de las personas dependientes de su familia, incluida la Seguridad Social, y que ha de aumentar en función del número de hijos que atiende.
Por cierto, no estaría de más, ya que estamos, que la mujer tenga el derecho a una parte de la propiedad de los bienes acumulados desde la formación de la pareja. Yo creo que esta es una manera de dotar de seguridad a la mujer en el caso de ruptura y evitar la feminización de la pobreza. No tiene sentido el debate siempre inacabado sobre la renta universal garantizada, y no empezar por aplicar esta medida a una parte de la población que puede realizar la decisiva tarea de cuidar a los hijos, ayudar a los dependientes.
Esta medida no excusa la existencia de los servicios necesarios para facilitar el trabajo, como son las guarderías y otros aspectos relacionados con el cuidado de la infancia y la conciliación de la vida laboral y familiar.
En fin, son estos puntos a los que creo que no se hizo el debido hincapié en el día a ayer, y no comprendo como se pudieron pasar por alto.

Feliz Día. 

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