lunes, 11 de marzo de 2019

Lunes 11 de marzo de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton). 

En el día que celebramos a San Ramiro empezamos una semana que espero sea un poco más tranquila que la pasada, así que vamos a por ella, el sol nos ayudará desde las 07:18 horas hasta las 19:03 horas, y si con el sol no tenemos bastante para alegrarnos el día, ya vamos a ser nosotros los tengamos que poner algo de nuestra parte para disfrutar plenamente de este lunes.
No cabe duda que nos esta tocando vivir en una época en la que nuestro mundo se esta transformando. Nuestras ideas democráticas parece que cada día convencen a menos gente, ya se que hay motivos para el descontento: las desigualdades sociales no cesan de crecer, y estamos sometidos a una invasión ideológica que tiende a erigir lo “políticamente correcto” en norma absoluta, que no admite la disidencia.
Ya casi hemos llegado, o sin el “casi”, a considerar como delito discrepar sobre la opinión políticamente correcta sobre el aborto, o poner un solo “pero” a la llamada “ideología de genero”, etc. Nuestra democracia puede llegar a ser muy “totalitaria” ocupando todos los espacios y lugares, no dejando ninguna posibilidad para la discrepancia y para la objeción de conciencia.
Ahora que se acercan elecciones hay que recordar que los políticos no son los dueños de la sociedad, ni de sus recursos económicos, ni son, tampoco, quienes han de decidir sobre fe o ateísmo, sobre inmanencia o trascendencia. Los políticos están para escuchar a la sociedad y para servirla, no para imponer a una parte de ella lo que ellos creen que representa a otra parte.
Los ciudadanos que poseen una determinada religión no pueden apoderarse de todo el espacio, pero tampoco tienen que pedir permiso para subsistir en una sociedad que, según el parecer de algunos, está marcada por un laicismo militante similar al que, en otras partes del mundo, impone un islamismo entendido de modo cruel.
Lo que entiendo por modelo occidental de democracia hace agua, es evidente, y hay que reaccionar frente a esta deriva que nos conducirá a la nada. Pero, no creo que tengamos que cambiarlo todo, no se trata de hacer todo de otro modo, sino de hacerlo mejor.
Nuestra democracia tiene alguna cosa mala, es verdad, pero tiene a la vez muchas más cosas buenas. Es, casi, nuestra obligación en las próximas elecciones conservar lo mejor y enderezar lo peor. Nuestra cultura es hija de la filosofía griega, del cristianismo y del derecho romano. No nos dejemos arrebatar lo mejor de nuestra historia.
No se trata de hacer algo distinto se trata de hacer todo mucho mejor. Me parece que ni los vientos que nos llegan de China, ni lo que nos plantea Putin o Trump, ni lo que estamos viendo en nuestra vieja Europa mejoran lo que había. ¿Son diferentes? Sí. ¿Mejores? No acabo de verlo.

Feliz Día.

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