"Una
cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su
contra." (G. K. Chesterton).
Hoy San Alfonso María de Ligorio, así que FELICIDADES
Alfonso, que disfrutes en el día de tu santo, un día que además de ser el
primer día de agosto vamos a tener sol desde las 07:02 horas hasta las 21:12.
“pero sólo un
ser vivo puede ir en su contra.” Parece clara la afirmación, pero la
dificultad empieza cuando me pregunto: ¿Estamos vivos, realmente vivos? Es una
pregunta que me hago cada vez que observo las caras de los que me rodean en
algunas ocasiones, con sus rostros apagados, como dormidos, sin expresión, vacíos.
Sé que puedo estar equivocando en algunas ocasiones, pues tras una expresión insípida
puede, porque no, ocultarse un alma ardiente. Pero en la mayoría de las
ocasiones unos ojos tristes son la señal de un enorme vacío interior.
Y, lo confirmas cuando hablas con muchas de esas personas,
que acaban diciéndote que la vida no les importa, que para ellos vivir es sólo
dejarse vivir, dejar pasar las horas, porque nada les ilusiona y por nada
luchan, creen que, si han vivido, ya no tienen realmente nada más que vivir.
¿Qué son éstos sino cadáveres que vegetan, y son arrastrados por la corriente?
Yo siempre
he pensado que un hombre que se siente vivo, “muy” vivo, me atrevería a decir también
“terriblemente vivo, que tiene una gran fuerza interior no puede morir del todo
y para siempre. Su pasión de vivir es tan poderosa que no puede quedarse atrapado
en el lincho de un cementerio.
Naturalmente, cuando hablo de vivir no me refiero
al hecho vegetal de crecer, alimentarse, caminar. Tampoco me refiero a la pura
pasión animal de medrar como el tigre que busca más y mejores alimentos. Me
refiero a vivir como personas, a tener el alma despierta y creativa, a llenar
de espíritu las horas, a tener cosas que realizar y que amar, a «ser», sencillamente,
hombres.
Y me pregunto a mí mismo cuáles serían las
diferencias entre un ser vivo y un ser muerto o semimuerto, desde luego pueden
ser muchas pero tener un ideal, una ilusión, una tarea que, si es más grande
que nosotros mismos, exija que existamos estirando el alma para llegar a ella.
Una ilusión que sólo pueda conseguirse viviendo muy tensamente hacia ella, muy
concentradamente porque sólo así podremos acércanos -y aun así quedándonos
lejos- a su realización.
También, se está vivo cuando se vive lleno la mayor
parte de la vida, cuando las horas de tensión y creación son mayores que las de
descanso. Ya sé que la tensión absoluta de un hombre es imposible. Incluso los
más vivos tienen aburrimientos, cansancios, días bobos. Pero estos descansos
deben ser mínimos.
Se esta vivo, creo yo, al crecer, al estar creciendo
y seguir creciendo. Aquel que en su juventud, en su madurez, en su ancianidad
abdica, se jubila de vivir, cree que ya ha llegado, empieza desde ese mismo día
en que se lo confiesa a sí mismo a morir.
Otra prueba que nos podemos hacer para saber si
estamos vivos o no es que nos sobre suficiente vida como para entregarla a los
demás. El que sólo se realiza a sí mismo se petrifica. No hay más vida que la
que se comparte y reparte.
Y ahora me pregunto de nuevo: ¿cuántos de nosotros,
mejor o peor, porque yo no hablo de logro, sino de esfuerzo, se siente
retratado en alguna de esas condiciones? ¿Cuántos de vosotros vais por la vida
renunciando a trozos de vosotros mismos, y vais dejando caer ilusiones,
entusiasmos, proyectos, sueños? El día que nos alcance la muerte, ¿tendremos
mucha tarea que hacer o deberemos sólo rematar esa muerte incompleta que ha ido
apoderándose de nosotros poco a poco?
Ahora entiendo porque muchas personas no entienden
bien la que significa la Resurrección para los católicos. ¿Cómo podrán
entenderla sí no aman la vida, si temen que una resurrección pudiera ser sólo
la prolongación de su aburrimiento?
¡Con lo bonito que es vivir, seguir viviendo, irle
descubriendo nuevos rostros a la vida, encontrar su alegría detrás de cada
dolor, subirla a pesar de lo empinada que es o precisamente porque es empinada!
Sé que la muerte vendrá, pero que cuando llegue tenga que pelearse con nuestra
alma y que no necesite sólo darnos un empujón porque ya estemos podridos por
dentro.
Feliz Día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario