jueves, 29 de agosto de 2019

Jueves 29 de agosto de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).


Hoy vamos a tener sol desde las 07:27 horas hasta las 20:36, y vamos a conmemorar el Martirio de san Juan Bautista.
Ayer por la mañana tuve ocasión de pasar unas horas paladeando, hacia tiempo que no realizaba tantos kilómetros sentado en un sillín, lo que me dio una ocasión más para ir haciéndome preguntas y a la vez intentar contestármelas. Si te haces las preguntas adecuadas puedes pasar unos momentos agradables ya que las opiniones en contra suelen ser tus mismas opiniones, lo que siempre está bien pues las puedes rebatir con facilidad. O no.
Me preguntaba ayer, si hoy en día ¿Ser buena persona es terminar siempre perdiendo? Pues en una sociedad en la que mucha gente se dedica a pisotear a los demás, si no lo hago ¿no estaré llamado a ser un tonto?  ¿En está sociedad hay que ladrar con los perros y morder con los lobos? ¿Es "rentable" ser cordero?
Las preguntas se las traen. Y, en una primera respuesta, habría que decir que ser bueno es un inconveniente, que en este mundo son los listos los que "triunfan", que resulta más rentable ser un buen adulador que un buen trabajador, que para ganar mucho dinero hay que olvidarse de la moral y de la ética.
Pero, si te pones a pensar un poco más, te das cuenta, que ver la vida de esa forma no es tan sencillo. ¿Es seguro que ese tipo de "éxitos" son los realmente importantes? Y no voy a hablar ahora a nivel moral ni de nuestra posible salvación, ni de alcanzar el reino de los cielos. Ya que tengo la seguridad que en ese campo la bondad da un rendimiento del ciento por uno, rentabilidad que no da ninguna acción en este mundo.
Pero quiero hacer la pregunta más a nivel de tierra. Y aquí mi certeza es tan intensa que estoy dispuesto a apostar algo, porque, más a la corta o más a la larga, ser buena persona y querer a los demás acaba siendo muy rentable.
Lo es, sobre todo, a nivel interior. Yo, al menos, me siento muchísimo más a gusto cuando hago algo con amor y cariño que cuando soy frío y calculador. Sólo la satisfacción de haber hecho aquello que debía me produce más gozo interior que todos los éxitos que pudiera haber alcanzado. Como leí en algún sitio: “Moriría pobre a cambio de morir queriendo”. Pero es que, creo que el amor produce amor. Con excepciones, claro.
¿Quién no conoce que la ingratitud es una de las reacciones más comunes en este mundo? ¡Cuántos desengaños recibimos de aquellos a quienes más hemos amado! ¡Cuántas veces el amor acaba siendo reconocido... pero tardísimo!
Esa es la razón por la que debemos amar porque hay que amar y no porque esperemos la recompensa de otro amor. Ya que eso nos llevaría a continuos desengaños.
Y, sin embargo, estoy seguro de que si amamos a mucha gente, acabaremos recibiendo el amor de alguno. Es posible que no de muchos. Pero aún así, ser querido por uno de quienes hemos querido, ¿no es ya un éxito enorme? Por eso me parece que será bueno eso de querer a la gente como si fuésemos nosotros mismos, aunque la mitad nos traten después como enemigos.

Feliz Día.

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