viernes, 2 de agosto de 2019

Viernes 2 de agosto de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton). 

Hace un momento que amanecía, para ser exacto a las 07:03 horas y la puesta de sol sucederá a las 21:11, y además de esta información podemos añadir que hoy celebraremos la festividad de Nuestra Señora de los Ángeles, así que FELICIDADES a todas las Mari Ángeles.
Hay una canción italiana con la cual siempre me he sentido identificado, no es otra que “L’emozione non ha voce” de Adriano Celentano, más abajo colocaré el enlace para los que no tengan la suerte de conocerla. En ella Adriano nos viene a contar la dificultad que encuentra para expresar sus sentimientos: “yo no se hablar de amor”, son sus primeras palabras. Hoy parece que hemos encontrado la solución.
Decirle lo que sentimos a otra persona puede llegar a ser difícil, pero la tecnología esta intentando “facilitar” el proceso y hoy con un corazón le podemos decir a alguien que lo queremos, con una cara feliz podemos expresar emoción y con una enojada nuestra ira.
¿Pero es verdad qué es así?
La gran cantidad de emoticonos que existen para que podamos expresar nuestro estado de ánimo, éstos ¿expresan lo que sentimos realmente? ¿Se nos acelera el corazón cuando la persona por la que sentimos algo nos envía una cara enamorada? No pretendo decir que solo hace unos pocos años que utilizamos cualquier tipo de símbolos para expresar nuestros sentimientos, pues lo venimos haciendo desde los inicios de los tiempos, no es nuevo, no es que de repente los emoticonos se estén mostrando como un lenguaje nuevo. Lo que ocurre es que se han convertido en la excusa perfecta para preferir expresar cierto tipo de emociones, que en la vida real, la de afuera, en la que le hablas a alguien viéndolo a los ojos, se vuelven cada vez más complicadas.
No puedo negar que la forma en que nos comunicamos ha cambiado. ¿Pero utilizamos los emoticonos para huir de una conversación cara a cara?
El problema puede surgir cuando nos damos cuenta que la mayoría de nuestras relaciones personales se llevan a cabo a través y por medio de estos dispositivos, con lo que tenemos muchas posibilidades de llegar a situaciones que jamás hubiéramos pensando que ocurrirían virtualmente, como rupturas, infidelidades, acoso o maltrato. Los emoticonos nos permiten darle un toque más ligero y agradable a las conversaciones, convierten simples palabras en algo más divertido y nos ayudan a quitarle la formalidad a algunas frases, pero nunca reemplazarán las palabras que se dicen de frente.
No pretendo que nos vayamos al extremo de la exageración y demos por sentado que lo estamos haciendo todo mal al usar estos símbolos a diario. La cuestión es que hay que ser coherentes y conscientes de que la interacción humana no debe ser reemplazada por las conversaciones que tenemos con nuestros amigos y familiares a través de mensajes de texto o de whatsapp. 

Tal vez el corazón, el abrazo o el beso que enviamos es realmente signo de lo que sentimos y los emoticones nos permiten expresar mucho más fácil, cosas de las que no nos atreveríamos a hablar en persona. Pero muchas veces sin darnos cuenta dejamos de escuchar la voz de nuestros seres queridos por días o incluso semanas, debido a que nuestra comunicación se limita al chat. 
El beso o el abrazo que enviamos en pocos segundos a través de nuestro móvil no puede causar las mismas sensaciones que provoca el contacto físico y en resumidas cuentas muchas de nuestras relaciones se pueden convertir en algo pasajero, en un vaivén de caritas que quieren gritar pero que pueden ser interpretadas de manera equivocada.
Tenemos que andar con cuidado en no convertirnos en personas con respuestas automáticas, que algunas veces ni siquiera sabemos qué decir y optamos por enviar los emoticones para que cubran nuestra falta de interés o que tal vez nos incite a cambiar de tema. Reconocer nuestras propias emociones y las de los demás se puede convertir en un laberinto, donde no sabemos a ciencia cierta qué es real y que no.
Y aunque algunas veces estas caritas nos sacan de aprietos cuando no tenemos mucho tiempo para responder, no cometamos el error de negarnos ante la propuesta de un encuentro personal.
El tiempo que les dedicamos a nuestros amigos y familiares es valiosísimo, no permitamos que la tecnología nos separe, empléemela como una herramienta que nos permita facilitar el diálogo y un encuentro frecuente.

Feliz Día.

No hay comentarios: