miércoles, 21 de agosto de 2019

Miércoles 21 de agosto de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton). 

Interesante la pasada noche, hacia días que no se dormía tan bien y además con el aliciente de hacerlo con el sonido de la lluvia de fondo, ¡buena noche si Señor!
Hoy el sol intentara alumbrarnos desde las 07:20 horas las 20:47 en el día en que se celebra a San Pío X.
Me preguntaba, ¿si se es más feliz al tener más conocimiento? Me lo preguntaba delante de tantos sufrimientos que nos suelen acontecer a la gran mayoría de las personas. Nos preguntamos ante nuestro dolor, ante una enfermedad, cual es su origen, sobre su sentido, sobre las formas de paliarlo, incluso sobre como actuar para prevenirlo o eliminarlo.
Esos interrogantes buscan conocimientos, buscan explicaciones, buscan remedios. De alguna manera lo que estamos haciendo es pensar que al encontrar unas respuestas válidas se podría hacer mucho para evitar tantos dolores.
Cuando buscamos la felicidad también nos hacemos preguntas: ¿dónde vamos a encontrarla? ¿Cómo conseguirla? ¿Es posible para todos? ¿Existen caminos buenos y caminos malos que nos lleven hacia la felicidad?
Para muchas personas, encontrar las respuestas a esas preguntas, conocer mejor como aliviar nuestro dolor, encontrar rutas hacia la alegría, les permitiría avanzar hacia la felicidad.
En ese camino, nos encontramos con numerosos filósofos y pensadores que nos ofrecen teorías sobre la felicidad. Desean ayudarnos para que, desde conocimientos válidos, guiemos nuestras decisiones y encontremos caminos hacia la paz y el gozo. No todas las teorías corresponden a la verdad, ni todos son capaces de entenderlas y practicarlas. Además, ni la mejor teoría sobre la felicidad puede aliviar a quien vive bajo graves injusticias y males.
A pesar de las dificultades que nos podamos encontrar en la búsqueda de verdades en estos temas, generalmente nos encontramos en un camino que nos acerca a la felicidad. Porque la inteligencia guía y acompaña nuestras decisiones cuando consigue alcanzar criterios con los que entender mejor lo que significa la vida humana y sobre los bienes asequibles en cada situación.
El conocimiento es, al fin y al cavó, un ingrediente importante en el camino hacia la felicidad. No basta, por supuesto, porque la felicidad depende de muchos factores externos. Pero orienta, incluso consuela, al colocar los hechos y las situaciones en un justo contexto, y al abrir perspectivas de esperanza cuando se descubre, por ejemplo, que existe una garantía de una victoria definitiva del bien y de la justicia.

Feliz Día.

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