"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Hoy, cuando vamos a celebrar a Santa
Mónica nos vamos a encontrar con un día complicado, en lo meteorológico, así
que el sol aunque tenia pensado empezar a alumbrarnos desde las 07:26 horas
hasta las 20:39, me parece que no lo conseguirá.
Ayer por la tarde me comentaron, que
olvide mencionar que también el sufrimiento y la enfermedad pueden tener
aspectos positivos, pero yo no lo tengo tan claro. No lo tengo nada claro, pienso incluso
que puede ser un error a pesar de que es una visión del sufrimiento que esta muy
difundida entre personas de buena voluntad. Según mi opinión creo que se ha
hecho, especialmente entre los cristianos, mucha retórica sobre la bondad del
dolor. Se confunden y se mezclan conceptos: lo que es el dolor en sí; lo que se
puede sacar del dolor; y aquello en lo que el dolor puede acabar convirtiéndose.
Lo primero es y seguirá siendo horrible. Lo segundo y lo tercero pueden llegar
a ser aspectos positivos.
Según me parece recordar, Cristo jamás
alabo la angustia del sufrimiento, es más no fue hacia el dolor como hacia un paraíso.
Todo lo contrario: se dedicó a combatir el dolor en los demás, y, en sí mismo,
lo asumió con miedo, se acercó a él temblando, pidió, mendigó que se le
alejara de él y lo asumió porque era la voluntad de su Padre. Y, fue entonces cuando
acabó convirtiendo el dolor en salvación. Es mejor no alabar al dolor. Pero hay
que decir sin ningún rodeo que en nuestra mano está conseguir que ese dolor sea
nuestra ruina o el nacimiento de algo nuevo.
El dolor es parte de nuestra condición
humana. No hay hombre sin dolor. Y no es que Dios «tolere» los dolores, es,
simplemente, me parece a mí, que Dios respeta la condición temporal del hombre, lo mismo que respeta
que un círculo no pueda ser cuadrado. Lo que Dios sí nos da, y los cristianos
lo deberíamos de tener claro, es la posibilidad de que ese dolor sea fructífero.
Feliz Día.
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