"Una
cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su
contra." (G. K. Chesterton).
Hoy, nos ha amanecido a las 07:08 horas y, el sol
nos acompañará hasta pasadas las nueve de la noche, para ser exactos a las 21:05 horas. En un día que tiene todas las características para que el bochorno
nos vuelva a replantear que estamos en verano. Yo celebraremos a san Sixto II.
El problema de las “manadas” veo que no se
soluciona, es más, va en aumento, ya no se a que “manada” se refieren los
medios de comunicación, empiezo a confundirlas.
El aumento de estos comportamientos sucede a pesar
de toda la educación sexual y los continuos mensajes que se han dado y
continúan dándose en las aulas, en los medios de comunicación y en las
instituciones sobre la igualdad, y sigue sin aparecer la fórmula para erradicar
este tipo de comportamientos y actitudes en nuestra juventud.
Me parece a mí, que ya han sucedido los suficientes
casos como para que salten todas las alarmas y se empiece a poner solución a
este problema. Aunque, tengo que decir que es una tarea complica, han sido
demasiados años con una educación sexual basada en la genitalidad y que se
olvidaba de la afectividad. Es difícil en un espacio de tiempo reducido darle
la vuelta al problema, pues nuestra sociedad se mueve en una cultura individualista
que confunde los deseos con derechos y busca su satisfacción inmediata. Las
“manadas” de turno tienen bien aprendida la lección.
Muchas veces, y a pesar de asumir de buen grado la
responsabilidad de preparar a nuestros jóvenes para que sean capaces de amar y
de ser amados, sabemos que no estamos lo suficientemente preparados para
afrontar esta tarea. ¿Cómo explicar el arte de un amor auténtico? ¿Qué
planteamientos les vamos a hacer para promover: la espera, el respeto del otro,
la madurez, el amor verdadero,…?
Si no educamos nuestras emociones y sentimientos, nuestros
deseos y apetencias. Si no educamos nuestra capacidad de amar, nuestro
carácter, nuestras miradas o gestos, en una relación de libertad, respeto,
autodominio y entrega, estaremos reduciendo nuestro cuerpo y el de los demás,
la grandeza de la sexualidad, y nuestra capacidad de amar, a un mero trámite en
el que los instintos gobiernan nuestro corazón, en lugar de ser al contrario. E
incluso, confundiremos conceptos tan necesarios en el tema que nos ocupa como
son la atracción, el enamoramiento y el amor.
Es complicado dar una educación que ponga las bases
del amor humano y verdadero desde el momento que surge la primera chispa
hormonal entre dos personas, dos cuerpos, que se encuentran y se atraen,
pasando por el sentimiento profundo de satisfacción de estar con el otro, hasta
llegar al verdadero amor que apunta a descubrir la totalidad del otro y buscar
su bienestar, su felicidad y la posibilidad de formar entre ambos un vínculo,
una relación muy profunda.
Cómo explicar que al amor verdadero se llega desde
la atracción y el enamoramiento. Aunque es el amor el que da sentido a la
atracción y el enamoramiento. Y que, saber enamorarse muchas veces de la misma
persona, sentirse atraída por ella, garantiza el éxito de esta aventura, que
requiere de nuestra inteligencia, voluntad y libertad.
Es una labor complicada cuando nos encontramos en
una sociedad donde mayoritariamente el placer se busca como una satisfacción de
las necesidades personales, y donde el acto sexual ha perdido su valor
esencialmente humano.
Pretender llegar a la felicidad partiendo del
placer sexual o de las sensaciones es un engaño, es una de las primeras trampas
con las que nos encontramos al confundir la pasión con el amor. Creer que amamos
cuando sólo deseamos nos lleva a primar el simple placer físico, momentáneo y
fugitivo, que deja un poso de insatisfacción. Porque la satisfacción sexual es
en realidad sólo una parte, y quizá la más pequeña, de la alegría de la entrega
sexual en cuerpo y alma propia de la entrega total del amor verdadero.
Difícil el trabajo que tenemos que hacer para
reducir el problema de las agresiones sexuales, pero hay que empezar a hacerlo.
Feliz Día.
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