martes, 20 de agosto de 2019

Martes 20 de agosto de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton). 

Parece que vamos a disfrutar hoy de unas temperaturas más benévolas, vamos a ver si el sol desde las 07:19 horas hasta las 20:49 no las estropea, en un día en que al celebrar a San Bernardo nos viene a la mente la imagen del frío y de la nieve.
Hablábamos ayer por la tarde sobre las relaciones de pareja, y se ponía muchas veces en duda la fidelidad, se decía que era muy difícil, casi imposible, ser fiel, y que nos teníamos que ir haciendo a la idea de que eso iba a ser así.
Me da la impresión que si uno no está dispuesto a esforzarse no podrá ser fiel, si no se esfuerza en comprender que la fidelidad es algo positivo, se dedicara a “aguantar” y a ir tirando. Me parece, y lo dije ayer, que estas personas que no creen en la fidelidad tenían una visión un poco negativa del ser humano; aunque, por otra parte, puedo llegar a comprenderlos.
Tenemos hoy en día a nuestro alrededor muchos ambientes donde la fidelidad no aparece por ningún lugar, ni siquiera en el planteamiento vital de muchas personas. Vemos que se establecen muchas relaciones con un compromiso que es únicamente emocional. La base es: “Estaré contigo mientras sienta lo que estoy sintiendo; cuando esto se acabe, se terminó el amor.”
Hay que ser consciente de que todas las emociones, positivas y negativas, terminan por ir disminuyendo. A uno se le muere un ser querido y, al cabo del tiempo, esa emoción negativa va decayendo. Por otra parte, el tiempo también hace que decaigan las mayores alegrías de la vida. Después, pasado un tiempo esos estados de ánimo pueden volver a aparecer: así son las emociones.
Si la emoción, el sentimiento más superficial, es lo único que me ata “al otro”, antes o después, todo se destruye. Si, como cree mucha gente, el amor fuera sólo emoción y sentimiento, yo no sería dueño de mis amores, porque no soy dueño de mis mariposas en el estómago. Como dijo alguien: todo lo que se crea sólo emocionalmente, emocionalmente se destruye.
Hay que esforzarse, todo lo bueno que el hombre posee lo adquiere a base de repetirlo, a base de esforzarse para conseguirlo, esfuerzo para seguir queriendo cuando el sentimiento ya no responde; cosa que, por cierto, es muy común. No lo olvidemos: antes o después, todos los amores del tipo que sean, van a ser probados en el terreno de los sentimientos. Hay que “cuidar los cariños”, protegerlos, ser prudentes y cautelosos para que nadie ni nada pueda alterarlos. Eso comporta, entre otras cosas, ser cuidadoso en el trato con personas del otro sexo.
La fidelidad es algo positivo, no es “aguantar”, ni ir tirando. Por eso, si uno no está dispuesto a esforzarse, o será infiel o se dedicará a “aguantar”. Está al alcance de la mano de todos, porque aunque uno no sea dueño de sus sentimientos, sí lo es de sus cariños.
No olvidemos lo dicho con anterioridad, no me importa repetirlo. Cuando el sentimiento no funciona, hay que poner en marcha la inteligencia y la voluntad para seguir queriendo. El amor, si lo pensamos un poco, se sostiene sobre tres pilares: Inteligencia, sentimiento y voluntad.
El sentimiento solo no mantiene el amor.
Feliz Día.

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