miércoles, 6 de febrero de 2019

Miércoles 6 de febrero de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton). 

Una de las cosas buenas que tiene entrenar para correr una maratón son las horas que tienes que estar corriendo, horas que muchos aprovechan para escuchar música o la radio, pero a mi me gusta pensar y charlar. Ayer fue uno de esos días con muchos kilómetros. Hoy será diferente, bastantes menos kilómetros, y eso que vamos a disfrutar, como ayer, de un buen día de invierno al menos desde las 08:02 horas en que nos saldrá el sol, hasta las 18:28 en qué nos abandonará.
Ayer, corriendo, recordé que cuando era joven pensaba que nos dirigíamos hacia un mundo mejor y que el futuro me esperaba cargado de realidades buenas y agradables. Poco a poco mis convicciones se fueron debilitando, no íbamos uniformemente a mejor y si bien había cosas que progresaban otras retrocedían. Hoy estoy bastante perplejo y desorientado, sin duda a causa de la edad.
Esperaba que el mundo fuera mejorando en cultura, respeto mutuo, justicia, oportunidades de vida, salud y bienestar. La gente joven tendría asegurada su educación y con ella un puesto de trabajo digno, pero no ha sido así. Hoy tenemos más abandono de los estudios y la posesión de un título no garantiza nada.
Pensaba que el modelo productivo sería cada vez más eficiente y en efecto así ha ocurrido, gracias a los avances tecnológicos imparables. Pero ese modelo no cesa de estar en crisis cada ciertos años y cada ciertos años siempre son los mismos en los que repercuten toda la crisis. Los efectos beneficiosos que yo esperaba del libre mercado según lo veo yo no funcionan en este mundo tan globalizado.
Las ideas marxistas pensé que habían sido borradas de nuestro mundo, después de su fracaso tras la revolución rusa, pero tampoco a sido así, veo que después del fracaso ruso continúan funcionando regímenes comunistas como el de Cuba, Venezuela o Corea, que tratan de exportar revoluciones a toda América del Sur, Europa y también España. Ahora esas ideas marxistas buscan usar lo que caviló Antonio Gramsci, en concreto utilizan lo Gramsci llamaba el “camino largo”, que consiste en copar la educación de la juventud para acabar con todas las estructuras sociales, especialmente la familia y la religión y esta tarea la veo muy avanzada, aunque no me la hubiera imaginado hace años.
Otra de las cosas que nunca hubiera imaginado cuando era joven es que los musulmanes pudieran complicarnos la vida y ahí tenemos cada día a los terroristas haciendo atentados, sin que se vea otra solución que la policial, aunque es verdad que ayer el Papa Francisco se trajo un acuerdo con el Gran Imán de Azhar, Al Tayeb, con el compromiso de combatir entre otras cosas el terrorismo y la guerra.
En fin, solo me faltaba ver esta mañana como es el nivel de nuestros actuales políticos y su capacidad para solucionar los problemas, para que comprendáis que mi fe en un mundo mejor se haya venido abajo.

Feliz Día. 

No hay comentarios: