“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”.
(G.
K. Chesterton).
Otro día que por culpa del fuerte viento no será un
excelente día de invierno, pues el sol que saldrá a las 08:05 horas nos hubiera
calentado hasta las 18:24 y habría hecho posible un buen día, al menos en lo meteorológico.
En todo lo demás ya es otra historia, y eso que la
mayoría de nosotros coincidimos en que deseamos ser felices y que nuestro deseo
es buscar la felicidad. Todos, cada uno a nuestra manera, tendemos como único
objeto de todos nuestros esfuerzos diarios la búsqueda del bien, aunque no
sepamos exactamente qué es ese bien. Lo que si que está claro es que ninguno de
nosotros buscamos nuestro mal sino que tratamos de evitarlo y cuando algún mal nos
alcanza nos sentimos desgraciados.
Y, aquí es donde veo la dificultad, cuando no somos
capaces de identificar qué cosas de las que consideramos como un bien son en realidad
cosas que nos causan un mal, del que nos queríamos alejar. Así que lo normal
sería que intentaremos desentrañar cuál es el bien que buscamos cada uno de
nosotros pues de lo contrario podríamos estar buscando un bien que al final
resultase un mal.
Si tenemos claro que todos buscamos nuestro propio
bien, preguntémonos en qué consiste tal bien, dónde está ese bien, si está en
la posesión de cosas, si está en el disfrute de sensaciones, si está en el
ejercicio del poder sobre otros o si está en el desarrollo de las propias
cualidades. En definitiva la pregunta se transforma en todo un clásico, que pretendemos
en nuestra vida ¿tener o ser?
Ya se que para muchos la pregunta no parece una alternativa
pues pensamos que para ser “algo” hay que tener ese “algo” y que cuantas más
cosas tengamos más seremos. Por mi parte creo que es más importante para una
persona ser que tener y que la simple posesión de cosas no añade de forma automática
una mayor densidad a nuestro ser como persona. Se puede ser inmensamente rico y ser
una persona despreciable y se puede vivir modestamente y ser una persona admirable.
Pero lo cierto es que el que busca una cosa u otra
lo hace porque cree que tal cosa es buena para él, aunque resulte muchas veces
que lo que elegimos buscar nos hace desgraciados, por lo que no era ningún
bien. Por ello la base de toda educación tendría que ser ayudar a discernir lo
bueno de lo malo, aunque muchas veces los encargados de hacerlo tampoco lo
saben, eligieron mal y por lo tanto viven infelices.
Lo más importante que cada uno tenemos es el ser que
nos ha sido dado y del que tenemos que desarrollar todas sus posibilidades. Ser
persona es mucho más importante que ser rico o poderoso. Somos un cuerpo
animado por un espíritu y lo mismo que podemos cultivar nuestra inteligencia
para saber y comprender la realidad, también habremos de cultivar nuestro
espíritu para comprender que hay algo más allá de la realidad material, que
existen unos lazos invisibles que nos unen a los demás.
Nuestra vida, nuestro interior, no dependen por
fortuna de que tengamos un gobierno de un color u otro, ni que nuestros políticos
sean más honestos o menos, sino de que tengamos claro dónde está nuestro bien y qué camino estamos siguiendo para alcanzarlo.
Feliz Día.
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