martes, 26 de febrero de 2019

Martes 26 de febrero de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).

Hoy como todos los días nos saldrá el sol, pero hoy lo hará a las 07:37 horas, un minuto antes que ayer, y se nos marchará a las 18:50 horas, un minuto más tarde, así que hoy vamos a disfrutar de dos minutos más de este fantástico sol de invierno.
Se me hace duro leer todas las mañanas las noticias y los comentarios periodísticos y comprobar como nos llenamos la boca con los “valores”, como la “solidaridad” o la “tolerancia” que se leen y se oyen vengan o no a colación. Pero veo muy poco la obligación de comportarse según unos principios, veo muy poco la obligación y las ganas de comportarse de una manera ejemplar y de recriminar a aquellas personas cuyo comportamiento no esté a la altura de esa ejemplaridad.
No me gusta ver la cantidad de ocasiones en las que se hace una separación entre “vida pública” y “vida privada”. ¡Cuántas veces se escucha esa falsedad de que "cada uno en su vida privada puede hacer lo que le dé la gana"! Pues no. El comportamiento en la conducta personal debe ser ejemplar en la vida pública y también la privada. Si alguien maltrata o engaña a su mujer, ¿puede ser de fiar en cualquier otro ámbito? Si uno es un sinvergüenza en su vida privada, no puede pretender que nadie se fíe de él en la vida pública. Todos, y sobre todo nuestros representantes, tenemos la obligación, al menos, de intentar ser ejemplares en nuestra vida: la íntima y la pública.
Hay que tener honor, ya se que esta palabra no se usa, pero tenemos que ser honorables, Una persona que sabe lo que es el honor y lo pone en practica no puede mentir ni engañar ni robar. Una persona con honor cumple la palabra dada en su vida social y personal. Un hombre o una mujer no pueden prometerse amor y fidelidad y luego engañar a su cónyuge: ¿es que la palabra dada no sirve para nada? Y no vale apelar a la debilidad del ser humano ni pamplinas por el estilo. Cuando uno se compromete a algo o con alguien, tiene la obligación de cumplir con su deber. Y resulta curioso con que facilidad se olvidan todas estas cosas.
Algunos de los problemas que nos encontramos todos los días tienen sus raíces en una profunda quiebra moral: vale todo y el "honor" se considera un concepto anticuado y sin vigencia alguna. Y así nos va. Cuando se fomentan los vicios y se desprecian los méritos; cuando la virtud es objeto de burla y desprecio; cuando el fin justifica los medios, el resultado que obtenemos es una sociedad enferma y decadente. Sin honor, sin virtudes, sin ejemplaridad y sin esfuerzo ni mérito, no iremos a otro sitio que no sea la ruina. Por eso, hoy más que nunca, hacen falta personas ejemplares y honorables.
Y en el panorama publico se ven muy pocas.
Por cierto, por si alguien no se acuerda, según el diccionario “honor” tiene el siguiente significado: 1. m. Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo.

Feliz Día.

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