“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”.
(G.
K. Chesterton).
Hoy el sol nos saldrá a las 07:53 horas y nos acompañará hasta las 18:37 horas, en un día que promete ser otro buen día de
invierno, y en el que se celebra San Valentín que es también el día de los
Enamorados o el Día del Amor y la Amistad.
No voy a tener más remedio que referirme un poco a
este día, aunque no se muy bien cómo, pues no tengo claro qué clase de amor y
de amistad es la que se celebra hoy, no se si se celebra esa virtud de los
fuertes, de los que son capaces de dar su vida por los amigos, por su familia o
por la mujer a la que aman. Del amor de los que tienen la capacidad de decidir
dar su amor para toda la vida, dispuestos a superar los roces y dificultades de
la convivencia, de la salud y la enfermedad, de lo próspero y de lo adverso.
¿A qué le estamos llamando amor? Este día,
¿verdaderamente hace que celebremos el amor? ¿El verdadero amor? De seguro, o estamos
celebrando ese amor endulzado, que dura lo que dura la ilusión que, por
definición, es transitoria; que existe lo que dura la excitación sexual o lo
que tarda en aparecer.
Me tenéis que perdonar; pero no puedo dejar de ser
un ingenuo y un idealista en esto del amor. Y os invito a ser igual de soñadores.
Nuestra sociedad, necesita el amor, amor de verdad, amor fuerte, amor-decisión,
amor-entrega, amor para siempre. Amor con mayúscula y sin adjetivos. Amor a la
familia, amor al prójimo, amor a los extraños, amor... ¡el acabóse!, a nuestros
enemigos y a los que nos desean el mal.
Qué duro, ¿verdad? Pero pensadlo, qué necesario,
qué importante, qué urgente.
Es muy complicado hablar del amor en un día como
hoy, pues el amor no es ese frenesí ciego de los que están enamorados ni la
idealización de los románticos. El amor no es otra cosa que el deseo de buscar
ante todo el bien de la otra persona.
Es muy fácil confundir el amor con esos sentimientos
de agrado y fascinación que una persona nos despierta y terminar así haciendo
promesas y entregas de amor cuando aún no estamos listos. Es la etapa rosa y
apasionante en que una pareja se siente fuertemente atraída y fascinada por
otra persona. Estas sensaciones son tan fuertes y placenteras que muchas veces
pensamos que esto es el amor.
Es decir, el agrado físico es tan fuerte que nuestra
mente también queda como enceguecida o fascinada. Por eso no vemos los defectos
de nuestra pareja e incluso dudamos que pueda tenerlos. Todo parece perfecto. El
enamoramiento es una fase donde prima el placer pero donde se carece de
realismo pues no sabemos aún cómo es realmente la otra persona. De hecho,
durante el enamoramiento, lo que amamos del otro no es lo que él o ella es,
sino lo que sus caricias, detalles y compañía nos producen cuando nos toca, nos
habla o nos invita.
Esta fase nos lleva a la etapa romántica, donde
empiezo a compartir más cosas y por lo tanto a conocerla mejor, voy entrando en
su mundo, voy conociendo sus gustos, sus ideas, sus características, sus habilidades,
etc., empiezo a ver las cosas que realmente me atraen, y no sólo de su cuerpo. Empiezo
a disfrutar de lo que ella es, y no únicamente de lo que causa en mí. Aparece
la ternura, y entonces, busco llegar a lo profundo de ella para halagarla y
hacerla sentir bien.
Con todo, para mi esta etapa, no es todavía el
amor. Tiene que nacer ese impulso confiado de dar todo de sí y de recibir todo
lo que ella es, para formar un “nosotros“.
En otras palabras, en el amor la confianza y la
generosidad son los elementos claves y se relacionan mutuamente: porque confiamos,
deseamos entregar generosamente toda nuestra vida. Por eso no hay amor más grande
que dar la vida. Así, el amor deja de ser sólo un sentimiento y se convierte en
la permanente acción de auto-donación o entrega por el bien del otro.
Es difícil, lo sé, y casi nunca lo lograremos pero
hay que intentarlo, hay que lograr vivir un amor así. Y os aseguro que esa lucha
por amar de verdad nos hará más bien que un siglo de celebrar el Día del Amor y
de la Amistad.
Feliz Día.
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