jueves, 7 de febrero de 2019

Jueves 7 de febrero de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton). 
Ya empieza a notarse como el día va haciéndose más largo y por lo tanto la noche ya empieza a ser más corta, hoy por ejemplo el sol nos saldrá a las 08:01 horas y se ocultará a las 18:29 horas, casi diez horas y media de sol, sin embargo no hemos llegado a la mitad, pero sin duda ese día llegará y los mediterráneos lo sabremos disfrutar.
Me he dado cuenta de la cantidad de leyes, normas y reglamentos que tenemos, y me doy cuenta que es muy difícil moverse en nuestra sociedad con la tranquilidad de que estamos comportándonos como buenos ciudadanos.
Estaría bien que nuestros políticos se dedicaran algunas horas en aligerarnos de tantas obligaciones ya sea dejando sin efecto todas las que no sirven o no aportan nada que beneficie al bien común o concentrando todas las que vienen a regular lo mismo.
Recuerdo haber leído en alguna ocasión que cuanto más corrupto es el entramado político, más se legisla, más leyes se aplican, aunque tengo que decir en defensa de nuestro políticos que la cosa viene de lejos pues los romanos dijeron algo parecido sobre la corrupción de la república y la abundancia de leyes.
Lo que está claro es que cada grupo político que promueve una ley nos dice que es necesaria, lo cierto es que más que buscar el bien común de lo que se trata muchas veces es combatir a los adversarios, imponerles su ideario, a menudo, desde el rencor histórico, por falso que sea, por el morbo revolucionario, por el enfrentamiento de liderazgos o por creerse en posesión de una superioridad moral más que discutible.
Alguna vez he acudido a votar pensando, seguramente equivocado, que iba a elegir a los que cumplirían su maravilloso programa político, después los he visto con desilusión, que no recordaban el programa que con tanto entusiasmo me mostraron, y eso lo he visto no solo a los que vote para el Congreso sino que también en las elecciones autonómicas y en alguna municipal, y después de continuar insistiendo una y otra vez votandolos hace tiempo que decidí abstenerme.   
Ya se que se habla mucho de que la soberanía reside en todo el pueblo. Si fuera verdad yo tendría que pedir cuenta de todo lo que se hace mal y tenemos que pagarlo entre todos,  de todas las mermas de mi libertad, del laberinto legislativo que tengo  que sortear, etc. etc. Parece que todas las responsabilidades políticas se dirimen en las siguientes elecciones pero que pierdan o ganen algo, medido en porcentajes o escaños no tendría que significar que la responsabilidad con los españoles ha quedado saldada.
Los malos gestores de la cosa pública, los que tienen por objetivo enfrentarnos con mentiras, los que nunca trabajaron y llevan años y años viviendo de los diferentes cargos que les permite la pertenencia a un partido político, los que quieren imponernos determinada ideología o determinado tipo de educación, los que nos amenazan con sanciones por pensar de otra manera… no tendrían que existir dentro del panorama político.
Y como todo lo anterior solo es posible hacerlo a través de las elecciones tengámoslo en cuenta, por favor, cuando lleguen las próximas.

Feliz Día.

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