"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Buenos
Días: Hoy el sol a salido a las 08:01 horas y brillará durante todo este día ,que
dedicamos a santa Faustina Kowalska, hasta las 19:37 horas.
Tal
vez por qué la cafeína del “carajillo” estaba aún produciendo sus efectos, dí un vistazo al whatsapp cuando llegue a casa, y, en uno de esos videos que se suelen
poner, me atreví a escuchar el de ese cuplé de los años veinte que tanto hemos oído
y que tantas sensaciones encontradas nos provoca.
Anoche,
la última estrofa fue la que más atención me volvió a llamar, y como suele ser
habitual volvieron a surgir las mismas preguntas: ¿Se puede buscar o desear la
muerte? ¿Existe algún motivo por el cual merezca la pena morir?
Los
cristianos lo tenemos claro, el quinto mandamiento nos lo prohíbe. La muerte
es, sin duda, un tema de gran interés. Para algunos es el fin, para otros el
principio, otros más la ven como una salida. Pero lo cierto es que cuando se
trata de decidir cuándo, cómo y por qué debe o puede morir una persona, la
discusión se pone buena y es inagotable.
El
pensamiento ante la muerte es característico en el hombre como lo es la vida
misma, pues aparentemente somos los únicos que sabemos que vamos a morir. Sin
embargo, en todos los tiempos, reflexiones suicidas aparecen en las mentes de
las personas día a día alrededor del mundo.
Buscar
la muerte como hace el protagonista de ese cuple contradice la inclinación
natural del hombre de conservar y perpetuar la propia vida, y es contrario a un
justo amor por nosotros mismos.
Feliz
Día.
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