"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Ayer
no pudo ser, tenia que salir temprano de casa y no hubo tiempo, pero hoy, con
el sol intentando alumbrar desde las 07:47 horas, vamos a ver si escribimos
algo, en un día en que celebramos a san José María de Yermo y Parres, y por
cierto, el sol terminará de alumbrarnos si es que ha tenido ocasión a las 20:01
horas.
En
la mañana de ayer pase unas horas en el hospital, y tuve tiempo de pensar en lo
sencillo que parece mantener relaciones de verdadera igualdad con las personas
que nos rodean; todos somos iguales, amar el prójimo como a ti mismo, la
amistad solo es posible desde la igualdad, no hay que sentirse superior a los
demás… Pensamientos de este tipo son muy complicados de cumplir cuando los
trasladamos a la vida práctica.
Sentado
en la sala de espera me daba cuenta de las diferentes escalas laborales; médicos,
enfermeras, celadores, personal de limpieza, administrativos… y lo complicado
que resultaría trasladar aquellas ideas en algo concreto, y los problemas que podrían
surgir.
Es
muy difícil mantenernos iguales a los demás, las relaciones entre nosotros
requieren un mínimo de orden, lo veía en el hospital y lo compruebo en las relaciones
entre padres e hijos o entre maestros y alumnos. Y es que, en todo tipo de organización,
suele pasar que siempre alguien tiene la última palabra, sobre todo en casos de
problemas serios, que queramos o no, siempre aparecerán en las relaciones entre
personas.
Una
sociedad por pequeña que pueda ser requiere una organización y esta corre el
riesgo de crear estructuras jerárquicas. Y todos sabemos que cuando hay
jerarquía no hay igualdad. Y si decimos que para que exista verdadera amistad
debe haber igualdad. ¿Cómo puede haber entonces amistad? ¿Podemos ser iguales
cuando estamos rodeados de estructuras jerarquizadas? Mi opinión es que si.
Pero
para que yo tenga razón se deben de tener claros algunos conceptos, vamos a
ver; la autoridad que se crea en una estructura jerarquizada está para cuidar,
servir, ayudar y orientar a las personas que forman parte de esa sociedad. Lo
normal es que siempre este presente alguna terminología como jefe, capataz… lo
que puede dar a entender que hay súbditos, personas de más rango y de menos. Entre
personas de diferentes rangos puede haber una relación honorable y amable.
Pero
¿cómo evitar el peligro de dominio y servilismo, para que pueda darse la fraternidad
entre iguales (no entre “idénticos”, sino entre iguales que son diferentes)? Un
amo puede ser amable y afectuoso con sus esclavos, pero eso no impide que el
amo sea señor y el esclavo siervo. El amor es algo más que amabilidad y afecto.
Y no es posible sin la igualdad, al menos sin “una cierta igualdad”.
Ese
el reto y la tarea permanente que tenemos todos los días: buscar esos tipos de
igualdad que hagan posible el amor, para que así nuestra sociedad se parezca más
a nuestra sociedad ideal.
Feliz
Día.
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