martes, 24 de septiembre de 2019

Martes 24 de septiembre de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton). 

Hoy que celebramos a Nuestra Señora de la Merced el sol ha salido a las 07:50 horas y nos alumbrará hasta las 19:55 horas.
El otro día, creo recordar, que ya hacia referencia al influjo que tiene sobre nosotros el poder de la publicidad y su fuerza en todos los medios de comunicación, y de la importancia que tiene el que analicemos todo lo que nos muestra. A hora bien, no es fácil, pues no podemos quedar desconectados de todo lo que nuestra sociedad genera. Tenemos que saber que existe una moda, “lo que esta de moda”, que no podemos olvidar.
Hay que tomar en serio ese fenómeno de “lo que esta de moda”, pues renunciar a una cosa determinada puede llegar a ser un "problema existencial" para muchos de nosotros. Puede ser un problema grave, no sólo porque nos gusta ese objeto, sino porque la presión de las personas que nos rodea y del ambiente en que nos movemos puede ser muy fuerte. En algunos ambientes es muy importante, una persona que no tiene ropa de una determinada marca, o que no ha visto una determinada página web, o una serie no cuenta nada. ¡Es duro quedarse al margen!
Por lo general esos valores que nos trasmite “lo que esta de moda” se oponen a nuestra tradición y, a veces, significan un cambio radical de la actitud que tenemos ante la vida. Fijémonos en el fútbol que, en algunos ambientes, ha adquirido rasgos de una nueva religión moderna. Ayer en la Gala de los premios The Best del fútbol se intentaba combatir por todos los medios esos defectos y mostrar al mundo que este deporte lucha contra el racismo y la intolerancia de los aficionados radicales.
¿Qué podemos hacer? Sería absurdo dejar de ver futbol por esos problemas,  de igual manera sería poco realista intentar apartarnos de todas las escenas violentas que se generan o ignorar todos los artículos de consumo propios de una moda. Podría llevarnos a tensiones muy grandes, a conflictos insoportables.
Vivimos en una civilización pluralista. Lo que intentamos vivir en nuestra familia muchas veces no coincide con lo que se oye fuera, en las calles y en otras casas. Todos los esfuerzos que vayan encaminados a conseguir vivir según nuestras creencias morales, son muy importantes y dignos de elogio. Pero hay que tener en cuenta que los desafíos con los que nos tenemos que enfrentar hoy en día son mayores que antes. No sólo tenemos que estar bien formados y educados, sino que esta formación nos pueda servir para orientarnos luego en una sociedad pluralista y que nos ayude a vivir en paz con otras personas que tienen planteamientos completamente distintos, sin escandalizarnos ni hundirnos.
En definitiva, tenemos que intentar tener una buena formación y mucha fortaleza. Seguramente cuando salimos de nuestro entorno, cuando paseamos por la calle, cuando vamos al supermercado nos encontraremos con ambientes completamente distintos al nuestro. No es posible crear un micro-clima en el que todos vivamos tranquilos. No es posible refugiarse en una torre de marfil. Aunque alguien quisiera hacerlo, hoy en día no es posible. Esto sería una falta de realismo, más que apartarse de la sociedad pluralista conviene aprender y a enseñar a orientarse en ella y a ser felices en ella. ¡Sólo el que quiere este mundo puede cambiarlo.

Feliz Día.

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