"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Vamos
a tener sol desde las O7:45 horas hasta las 20:04, y vamos a celebrar a san José
de Cupertino, del que no se nada en absoluto pero que algo hizo, seguro.
Parece
que vamos otra vez a elecciones, y que serán el 10 de noviembre, pues bien,
otra vez nos toca ponernos el traje de pensar e irnos al rincón para
reflexionar que clase de estado queremos y cual es el partido político que más
se acerca a el. Ya se, que la mayoría de las personas ya lo tiene claro, pero
el acto de votar implica que se puede cambiar el voto, lo que implica que hay
que volver a plantearse nuestra postura.
Una
de las preguntas que nos volvemos a plantear es el tipo de estado y de sociedad
en los que queremos vivir, por ejemplo, todo parece indicar que nos dirigimos
hacia un sistema de sociedad en la que la propiedad de los medios de producción
se esta concentrando en un número relativamente pequeño de ciudadanos, o sea
que vamos a trabajar o para el estado o para una multinacional. Los medios de producción
se están concentrando, lo que siempre será malo para la sociedad, será malo ya
sea que se concentren en la única mano del estado o en las pocas manos de unos
grandes empresarios.
Ya
se que existe también otro modelo como es el control de las empresas através de
los trabajadores, pero en realidad nos quedamos igual, las personas nos quedamos
sin ser dueños de ningún tipo de propiedad de producción, cada vez menos personas
son dueñas de su lugar de trabajo.
Otra
cuestión que nos podemos plantear estos días es si cuando deseamos el “Estado
de Bienestar”, a que nos estamos refiriendo, pues si lo pensamos un poco nos
vamos a dar cuenta que el actual no solo funciona para los más pobres y desfavorecidos
sino también, aunque nos cueste creerlo, como una especie de socialismo para
los muy ricos, hay mecanismos que privatizan las ganancias de las grandes
empresas y socializan sus perdidas. Esos mecanismos son muchos y los vemos
funcionar cuando sacan de sus crisis a las grandes empresas y multinacionales
con ayudas y subvenciones.
En
fin, mucho que pensar otra vez, o nos gusta distribuir la propiedad de los
medios de producción en manos de la mayoría de ciudadanos, o nos gusta poner
esa propiedad en manos de los gobernantes para que la administren, o nos gusta
ponerla en manos de unos cuantos empresarios o nos gusta…
¿Qué
opinión tengo? A mi juicio, debería responder que, en su afán de construir una
sociedad basada en el principio de solidaridad, el Estado de Bienestar a menudo
descuida o rechaza otro gran principio el de la subsidiariedad. En otras palabras,
tiende a convertirse en un gigante hipertrofiado que, con su conjunto siempre
creciente de poderes y regulaciones, atenta contra la libertad y la iniciativa
de los ciudadanos, las familias, las empresas (sobre todo las pequeñas), las asociaciones
civiles etc. Y si, como está ocurriendo ahora, ese gigante estatal se alía con
las grandes empresas para conformar una suerte de “socialismo corporativo”,
cabe sospechar que voy a tener que poner mucha atención con la elección del
voto.
Feliz
Día.
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