jueves, 5 de septiembre de 2019

Jueves 5 de septiembre de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton). 

Hoy, en el día de san Lorenzo Justiniano, vamos a tener sol desde las 07:34 horas hasta las 20:25 y una temperatura que me da impresión, ahora, que será agradable.
El presidente del gobierno en funciones presento las 370 medidas que piensa aplicar si consigue gobernar, a primera vista lo que me llama la atención es que si necesitamos 370 medidas es que no debemos de estar muy bien, pues son muchas propuestas.
Otra de las cosas que me han llamado la atención ha sido que para configurarlas a retocado un poco el programa electoral del PSOE y a añadido algunas basándose en las reuniones que ha tenido con multitud de asociaciones y grupos, con el fin de conocer a fondo cuáles son sus puntos de vista, sus necesidades. Supongo, por tanto, que Sánchez valora mucho a estos grupos y organizaciones, y lo que ellos puedan decirle, al darles prioridad en algo tan decisivo como su posible elección.
Puedo poner en duda que ese enfoque sea sincero o también puedo cuestionar que estamos ante una deliberada pérdida de tiempo, porque lo que persigue son unas nuevas elecciones. Pero esto sería un juicio de intenciones. Así que voy a creer en la sinceridad de la persona. Voy a quedarme con la idea de la importancia que el presidente del gobierno otorga a estas representaciones de la sociedad civil.
Pero claro, si repaso por encima con quien se ha reunido me doy cuenta que muchos de esos grupos tienen una representatividad que se puede poner en duda. Colectivos de la memoria histórica, grupos LGBTI, “mundo universitario”, “entorno deportivo”, formación profesional, colectivos de la vivienda, profesionales de la sanidad, ecologistas, mundo de la cultura, y un largo etcétera.
En toda esa larga lista me encuentro con una gran ausencia, no he visto ninguno que se encuentre en el entorno cristiano, que si echamos un vistazo a nuestra sociedad, sin duda es uno de los más grandes en la sociedad española y que además suelen ser básicos en la atención a las necesidades de las personas, en especial de los más necesitados. Esos grupos cubren un amplio espacio de participación en la vida social. Familia, escuela, deporte, sanidad y atención hospitalaria, servicio a las personas de edad, dependientes, juventud, atención a los necesitados, participación y educación cívica, comunicación y cultura, universidad, inmigrantes, personas sin hogar.
En definitiva, un amplio movimiento de solidaridad y participación ciudadana nada retórico, por cierto, que es único por su carácter no corporativo, y que se ocupa de lo que necesitan los demás. Y, esta es una diferencia sustancial que se añade a su gran dimensión cuantitativa. No es un tema menor, porque en nuestra sociedad la mayoría de las asociaciones se configuran legítimamente para procurar su propio fin.
Por ejemplo, a las feministas solo les interesa aquello que responde a sus objetivos, lo mismo que otros muchos grupos sociales. Representan a sus propios intereses. Está bien que así sea. La sociedad democrática necesita de la aportación de sus diversos miembros. De hecho, gobernar es en buena medida de conciliar y jerarquizar las demandas de los diversos grupos.
Pero, precisamente por esto, encuentro importante reunirse con ese otro gran movimiento como es el cristiano, que se dedica a servir al conjunto de la sociedad en términos concretos, es decir, a través de sus diversos grupos y necesidades. Me extraña que no se hayan tenido reuniones con ellos a pesar de su importancia ya sea por su tamaño como con la calidad de los servios que prestan.
Según mi entender, Pedro Sánchez, que intenta ser de nuevo presidente del gobierno de todos los españoles, se olvida de una forma llamativa, incluso podría decir que sectaria, del grupo cristiano. Los evita, los menosprecia, lo hace no por que no tengan importancia ni porqué no representan a nadie, sino precisamente por su importancia y representatividad. Sánchez viene a dar el mensaje que no le importa nada lo que hacen por importante que sea, porque lo hacen en nombre de unas ideas, de una fe que él rechaza para su sociedad. Se olvida, no le interesa el bien que hacen ni sus puntos de vista sencillamente porque son cristianos.
Y, lo que me preocupa es que si esa es la actitud de Pedro Sánchez ahora que necesita acuerdos y llegar a consensos ¿cuál será su forma de actuar hacia esos grupos cristianos si llega a gobernar?

Feliz Día.

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