sábado, 21 de septiembre de 2019

Sábado 21 de septiembre de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton). 

Hoy en el día en que celebramos a san Mateo, Apóstol y evangelista vamos a tener alguna dificultad en ver el sol, desde hace unos momentos lo esta intentando, 07:48 horas, pero no se si podrá alumbrarnos en algún momento hasta las 20:00 horas que esa cuando se retirará.
El otro día comentaba la influencia que tiene en nosotros la televisión y los teléfonos móviles, y pasaba por alto la publicidad que nos rodea. Una propaganda que no deja de estar presente mientras miramos la televisión o utilizamos cualquier aplicación del móvil. Se nos ofrecen toda clase de productos para que los consumamos: coches, viajes, ropa, comida… Si salimos a pasear y miramos a nuestro alrededor, nos suele pasar que encontramos necesarias las cosas más excéntricas. Queremos todo lo que nos muestra la publicidad y lo queremos ya. La propaganda actúa en nosotros en todo momento, en cualquier medio de comunicación social, en los eslóganes que oímos en la radio a cualquier hora del día, en los mismos supermercados, en cualquier lugar nos encontramos con algún anuncio publicitario que nos incita a consumir.
Las personas hoy en día, muchas veces, vemos reducido nuestro horizonte vital al solo consumo de productos, sin tener en nuestro futuro otro aliciente que ir sustituyendo los objetos que poseemos por otros que son todavía mejores que los que tenemos, que ya eran perfectos cuando los compramos. Lo podemos ver en los niños de hoy en día, que teniendo muchos más juguetes que nosotros todavía desean muchos más.
¿Qué hacer? No hay que rechazar absolutamente todo, hay que aprender a utilizar la publicidad y la propaganda. No podemos ser tan ingenuos y pensar que el mercado libre actuará según unos principios pedagógicos y formativos. Al mercado no le interesa si una cosa es buena para un niño o no. Sólo le interesa lo que se puede vender a un niño o para un niño. Está claro que las ofertas superarán siempre nuestras posibilidades económicas y temporales. No podemos ni tampoco debemos comprarlo todo. Hay que elegir. Y hay que hacer elecciones prudentes. Cada persona tiene que tener su propio criterio, según su situación personal. Es preciso también desarrollar un escepticismo sano ante la propaganda.
En fin, es preciso aprender a decidir, a aceptar y sobre todo a renunciar.

Feliz Día.

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