miércoles, 11 de septiembre de 2019

Miércoles 11 de septiembre de 2019.

"Una cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton). 

Miremos hacia donde miremos, y si escuchamos todo lo que nos dicen, todo nos indica que hoy en el día de san Pafnuncio no vamos a ver el sol, no porque no haya acudido a su cita diaria, sino porqué desde las 07:39 horas hasta las 20:16 horas un fenómeno atmosférico que se llama “gota fría” lo esta impidiendo.
No pasa nada, un día triste o melancólico como queramos llamarlo nos espera, y es posible que él de mañana sea igual, pero todo tiene remedio o por lo menos como dice el refrán: “no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista”.
Existen trucos para solucionar estos días tristes, en los cuales no conseguimos superar esa pesadez interior que nos quita el ánimo y la alegría. Los podemos encontrar hoy en día en numerosos libros, paginas web e infinidad de lugares y que podemos usar. pero me ha llamado la atención unos remedios que allá por el siglo XIII nos dejo un monje llamado Tomas de Aquino, por cierto, santo.  
Curiosamente, uno de los remedios era concederse un placer, es como si el famoso teólogo ya hubiese intuido hace ocho siglos la idea, tan difundida hoy, de que un pequeño placer actúa como un antidepresivo. Nosotros lo sabemos bien, una buena cerveza al acabar el día puede terminar con las amarguras de una dura jornada.
Otro remedio que nos daba aquel gran monje, y digo “gran” refiriéndome también a su tamaño, era voluminoso. El llanto suele ser muchas veces una vía de escape, como si la pena que se acumula en nuestro interior saliese disparada junto con las lágrimas, alguien dijo que ciertas realidades de la vida se ven solamente con los ojos que han sido limpiados por las lágrimas. Tenemos que aprender a llorar.
Otro remedio que nos dejo santo Tomas de Aquino es hablar con los amigos. En días como hoy en que todo nos parece triste, en que tendemos a verlo todo de color gris es muy eficaz hablarlo con un amigo. A veces basta un mensaje de whastapp o una breve llamada de teléfono y encontramos alivio. Es algo que hay que probarlo para creérselo y veremos como el día se nos ilumina de nuevo.
Hay dos remedios más que nos dejó Santo Tomas de Aquino que no quisiera dejar pasar por alto, uno es la contemplar el esplendor de las cosas y el más curioso para su época es el de dormir y darse un baño.   
Es cierto, contemplar el esplendor que se puede dar en la naturaleza en días como hoy con las tormentas, con los rayos y los truenos y porqué no con la lluvia tranquila y moderada, observar una obra de arte, escuchar música y sorprenderse con la bellaza del paisaje que vemos todos los días, hoy adornado por la “gota fría” es un bálsamo contra la tristeza y la melancolía.  
Dormir y darse un baño, la eficacia de este consejo es evidente pues todos lo hemos experimentado alguna vez, a veces resulta necesario para remediar un mal espiritual buscar un alivio corporal. Existe un prejuicio muy difundido en que la visión cristiana del hombre se basa en la oposición entre el alma y el cuerpo, y que este último sería siempre visto como una carga o un obstáculo para la vida espiritual. Pero en realidad, se considera que la persona es la unión de cuerpo y alma, un cuerpo mortal y corruptible que se viste de incorruptibilidad e inmortalidad con un cuerpo espiritual, que es el alma.
En fin, un poco largo, espero que aún tengamos tiempo de disfrutar de este triste día.

Feliz Día.

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