"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Miremos
hacia donde miremos, y si escuchamos todo lo que nos dicen, todo nos indica que hoy
en el día de san Pafnuncio no vamos a ver el sol, no porque no haya acudido a
su cita diaria, sino porqué desde las 07:39 horas hasta las 20:16 horas un fenómeno
atmosférico que se llama “gota fría” lo esta impidiendo.
No
pasa nada, un día triste o melancólico como queramos llamarlo nos espera, y es
posible que él de mañana sea igual, pero todo tiene remedio o por lo menos como
dice el refrán: “no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista”.
Existen
trucos para solucionar estos días tristes, en los cuales no conseguimos superar
esa pesadez interior que nos quita el ánimo y la alegría. Los podemos encontrar
hoy en día en numerosos libros, paginas web e infinidad de lugares y que
podemos usar. pero me ha llamado la atención unos remedios que allá por el
siglo XIII nos dejo un monje llamado Tomas de Aquino, por cierto, santo.
Curiosamente,
uno de los remedios era concederse un placer, es como si el famoso teólogo ya
hubiese intuido hace ocho siglos la idea, tan difundida hoy, de que un pequeño
placer actúa como un antidepresivo. Nosotros lo sabemos bien, una buena cerveza
al acabar el día puede terminar con las amarguras de una dura jornada.
Otro
remedio que nos daba aquel gran monje, y digo “gran” refiriéndome también a su
tamaño, era voluminoso. El llanto suele ser muchas veces una vía de escape, como si
la pena que se acumula en nuestro interior saliese disparada junto con las lágrimas,
alguien dijo que ciertas realidades de la vida se ven solamente con los ojos
que han sido limpiados por las lágrimas. Tenemos que aprender a llorar.
Otro
remedio que nos dejo santo Tomas de Aquino es hablar con los amigos. En días
como hoy en que todo nos parece triste, en que tendemos a verlo todo de color gris
es muy eficaz hablarlo con un amigo. A veces basta un mensaje de whastapp o una
breve llamada de teléfono y encontramos alivio. Es algo que hay que probarlo
para creérselo y veremos como el día se nos ilumina de nuevo.
Hay
dos remedios más que nos dejó Santo Tomas de Aquino que no quisiera dejar pasar
por alto, uno es la contemplar el esplendor de las cosas y el más curioso para
su época es el de dormir y darse un baño.
Es
cierto, contemplar el esplendor que se puede dar en la naturaleza en días como
hoy con las tormentas, con los rayos y los truenos y porqué no con la lluvia
tranquila y moderada, observar una obra de arte, escuchar música y sorprenderse
con la bellaza del paisaje que vemos todos los días, hoy adornado por la “gota fría”
es un bálsamo contra la tristeza y la melancolía.
Dormir
y darse un baño, la eficacia de este consejo es evidente pues todos lo hemos experimentado
alguna vez, a veces resulta necesario para remediar un mal espiritual buscar un
alivio corporal. Existe un prejuicio muy difundido en que la visión cristiana
del hombre se basa en la oposición entre el alma y el cuerpo, y que este último
sería siempre visto como una carga o un obstáculo para la vida espiritual. Pero
en realidad, se considera que la persona es la unión de cuerpo y alma, un
cuerpo mortal y corruptible que se viste de incorruptibilidad e inmortalidad
con un cuerpo espiritual, que es el alma.
En
fin, un poco largo, espero que aún tengamos tiempo de disfrutar de este triste
día.
Feliz
Día.
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