"Una
cosa muerta puede ir con la corriente, pero sólo un ser vivo puede ir en su
contra." (G. K. Chesterton).
A las 07:01 ha salido el sol y nos acompañará en el
día de San Ignacio de Loyola hasta las 21:13, en el que además es el último día
de julio.
Tenemos muchas veces la sensación de que todo a
nuestro alrededor está mal, lo escuchamos muchas veces en los medios de comunicación y nos lo repiten en todos los lugares. Pero nuestra sociedad,
nuestro mundo, no va a mejorar con repetir y repetir: la sociedad está perdida.
Si tenemos una visión negativa, está penetra en
todas nuestras actividades, tal vez porque con el paso de los años vemos que no
existe una mejoría, y nos desanimamos, lo más seguro es que nos suceda esto
porque deseamos un mundo mejor.
Desde que éramos jóvenes estamos escuchando que el
mundo va mal, pero nadie se ha tomado la molestia de explicarnos por qué, de
decirnos que hacer para arreglar el mundo. Esa constante cantinela: ¡El mundo
va mal! ¡Va mal! ¡Va mal!... va erosionando nuestra mente, nos va quitando la
audacia, nos va acostumbrando, nos va creando miedos. Y luego, sucede algo peor:
perdemos la fuerza y el empuje suficiente para nadar contra corriente, nos convencemos
de que la sociedad no tiene solución, que está inexorablemente perdida.
Es triste encontrarnos quejándonos de que el mundo
no sirve para nada, que está podrido, que nadie es bueno, que todos son
corruptos… que no vale la pena vivir. Así, entre lamentos, nuestra esperanza
queda ahogada por las garras del pesimismo.
En nuestra juventud, muchos movimientos que
gritaban y defendían la libertad, acabaron instaurando un libertinaje tremendo.
Ellos decidieron ir contra corriente, quitar todos los tabúes sociales:
desobediencia, alcohol, sexo, drogas… Más lo que consiguieron fue atarnos con
esas “libertades” que defendían.
Ahora, lo que necesitamos es levantarnos contra
esas libertades-ataduras que nos oprimen. Ir contra corriente no es una emoción
pasajera, ese deseo adolescente de llevar la contraria a todo. No. Ir contra
corriente es una actitud. Un estilo de vida que pretende cambiar para el bien,
no para el propio capricho. Es hora de ir contracorriente, mejor dicho, de
vivir contra corriente.
Vivir contracorriente es eliminar esa concepción
de que la sociedad está perdida… Sí, hay partes estropeadas, pero si cambiamos,
la sociedad comienza a recuperarse, porque somos parte de este mundo, porque
influimos en los que nos rodean, además a todos nos gusta ir contra corriente,
sólo hay que saber orientar ese entusiasmo opositor hacia el bien.
Feliz Día.
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