jueves, 25 de julio de 2019

Jueves 25 de julio de 2019.

“Lo correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal, aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton). 


Vuelvo por hoy a las mañanas, es el día de San Jaume y hay que irse de paella, así que hoy no tendremos Buenas Tardes. El sol nos ha salido, como ya dije ayer a las 06:56 horas y lo tendremos con nosotros hasta las 21:18 horas. Las suficientes horas para que se pueda disfrutar de este día de paellas.
Tuve que hacer algunas aclaraciones a lo que escribí ayer, aclaraciones que hice mientras nos tomábamos un “agua limón” a la espera que la temperatura bajase lo suficiente para poder irse a dormir con la seguridad de que el bochorno nos lo permitiera.
 La forma en la cual veamos y vivamos el mundo de la política o lo político estará siempre relacionada con nuestras ideas sobre el ser humano y de la sociedad. Si vemos a nuestra sociedad como un lugar siempre en conflicto y lleno de tensiones o como un orden que hay que buscar y formalizar, marcará una comprensión distinta de lo que entendemos por política y es por ello que existen grandes diferencias a la hora de pensar soluciones para los problemas de cada tiempo.
A cada idea política le corresponde una idea de ser humano y por ello esta división un tanto simple nos muestra que, aunque apelemos al bien común como fin de la política, no todos lo entienden del mismo modo.
Es por esto que muchas veces nos preguntemos si la práctica de la política debe ser una cuestión de expertos o todos podemos ser políticos o mejor dicho participar en política. Es un tema complicado, hay quien piensa que la política no puede ser una ciencia rigurosa sometida a leyes lógicas y que por eso no puede ser una ciencia estricta, sino que tiene que contentarse con una aproximación y comprensión de las situaciones siempre cambiantes que nos vamos encontrando, y que debería ser un saber práctico-moral, un conocimiento reflexivo y un discernimiento prudencial y permanente de cada situación.
Por otro lado nos encontramos con quienes presentan la política como una ciencia rigurosa que nos conduce a una profesionalidad de esta, perdiendo así su dimensión moral, práctica, del quehacer político, caminando así hacia una “expertocracia” en detrimento del ciudadano de a pie, carente de conocimientos “políticos”.
Tal vez la mejor visión de la práctica política debería ser la que conjuga la racionalidad científico-técnica y de las leyes económicas y sociales, con lo razonable que procede del mundo de la experiencia humana en comunidad, de los deseos, valores y afectos de las personas.
¿Ciencia y técnica política o saber práctico y moral? Buena pregunta para responder en este día en el que la actividad política esta al máximo nivel.
Si hacemos de la política una mera cuestión científico-técnica vamos a correr el riesgo de hacer desaparecer el saber práctico-moral en habilidades estratégicas y técnicas, bajo el manto legitimador de las ciencias sociales, con sus metodologías de análisis sobre prácticas y procesos políticos concretos.  Pero también tenemos que ser conscientes de la dimensión estructural de nuestra sociedad y de los grandes fenómenos sociales. Quien quiera velar por el bien común debe comprender el carácter estructural de nuestra sociedad y su complejidad, ayudado por las ciencias sociales y sus posibilidades de investigación y comprensión. Porque para cambiar estructuras se necesitan conocimientos técnicos.
Creo que hoy en día, solamente con buenos deseos y valores éticos no se pueden hacer frente a los complejos mecanismos económicos y sociales.
Es necesaria una mezcla entre el saber técnico y analítico con el saber práctico-moral. Ninguno puede suplantar al otro. La acción política debería contrastarse con las perspectivas de los expertos, con los intereses morales de la mayoría y con la propia reflexión racional.
La actividad política es necesaria para la construcción de una sociedad y un hombre verdaderamente humano. Si se quiere humanizar la sociedad no se puede eludir la actividad política. Si bien es un quehacer complejo que nos va a exigir conocimientos técnicos, tenemos que apelar a nuestra responsabilidad moral y nos exigirá la información necesaria para tener un juicio sensato a la hora de tomar de decisiones, la política es una actividad profundamente humana y de una gran responsabilidad.

Feliz Día. 

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