“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).
Volvemos a las mañanas, a los Buenos Días, al café
matutino que tan bien nos ha funcionado durante años y abandonamos las tardes,
el cambio no ha dado los resultados que esperábamos. Así que, volvemos no
solamente indicar el horario del sol sino que también le echáremos un vistazo
al santoral.
Hoy, comienza con la salida del sol a las 07:00
horas la última semana de julio y cuando nos abandone a las 21:15 estaremos ya
casi en agosto, en un día donde vamos a recordar a Santa Marta.
Muchas veces olvidamos que en realidad nadie nace
criminal o malhechor, no recordamos la inocencia del niño recién nacido, que no
nace matón, ni asesino, ni maltratador. Pero tampoco nace santo, ni mártir, ni
héroe.
Si nos detenemos un momento nos daremos cuenta que
cada uno de nosotros posee algo que llamamos “libre albedrío”, una facultad que
debemos descubrir y cultivar, y esto se hace a través de la educación que nos
deben dar nuestros padres y educadores.
Es, en ese camino del descubrimiento de nuestro
“libre albedrío” y de cómo lo cultivemos como nos podemos echar a perder, o alcanzar
a ser buenas personas. Es sólo la educación la que puede proporcionarnos ese
bagaje que nos ayudará a enfrentar con ventaja los duros retos que la vida nos
ofrecerá más adelante.
Cada vez que vemos la noticia de un crimen, de un
asesinato, no solo deberíamos entristecernos y quejarnos por la vulnerabilidad
e indefensión en la que nos encontramos. Deberíamos preguntarnos también dónde
estuvieron los padres de ese asesino, delincuente y maltratador; los
profesores, las autoridades y los encargados de darle una educación moral desde
que era un niño.
Tal vez entonces entenderíamos la necesidad que
tenemos de volver a la educación familiar, ético-social, escolar y moral de nuestra
sociedad.
Creo que fue Einstein, no lo se seguro, quien digo
una vez que en realidad el mal no existe. Es sólo la ausencia del bien. Si fue
Einstein, tenia mucha razón. Algo hemos hecho mal cada uno de nosotros al no
mostrar todo el bien que tenemos y que existe, y sabemos, por nuestra
experiencia, que la única forma de hacerlo es hacer el bien al otro, sin olvidarnos
de no hacernos el mal a nosotros mismos.
E. Burke dijo, lo he buscado en una web de frases
celebres, que “Lo malo existe, porque el hombre bueno no hace nada”. Tal vez en
esta última frase se encuentre la solución.
Feliz Día.
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