“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).
Ya estamos de vuelta, ha sido prácticamente una semana
en la que hemos cambiado nuestras costumbres, y ahora, volvemos al mismo calor que
teníamos y a unos minutos menos de sol, un
sol que esta tarde nos abandonará a las 21:20 horas y que volverá mañana a las 06:55.
He vuelto, y me vuelvo a encontrar con el mismo calor
y el mismo debate político que deje, hoy y ayer lo he visto reflejado en la
elección del presidente de la nación en el congreso de los diputados. He visto
que se continúa adoleciendo en el discurso programático del presidente de un
grave inconveniente: se trata del menosprecio por la familia, la maternidad, y
la descendencia, también de la natalidad, uno de los mayores problemas que amenazan
a España.
No entiendo muy bien ese silencio programático, no
comprendo por que se margina el tema en la agenda política cuando se dice que
hay un problema con la sostenibilidad de las pensiones a largo plazo. Ya se que
los efectos beneficiosos del aumento de la natalidad necesita de al menos 25 años
para que se puedan apreciar, pero por eso mismo se requiere empezar cuanto
antes con una política que apoye a la familia y a la maternidad.
Es curioso que en el discurso en el que se muestra
y se explica el programa que se piensa aplicar en la próxima legislatura se
hable tanto de la muerte y nada de la vida, del nacer. Espero que este no sea
el verdadero sentir de quienes nos van a gobernar pues España es el único país
en Europa sin política familiar, por lo que se esta olvidando continuamente de los
hijos y de lo que es su fundamento, la familia. ¿Por qué no somos europeos en
esto? ¿Por qué nuestro feminismo termina donde empieza la maternidad? No me
gusta que se corra “un tupido velo”
sobre el tema.
Por cierto, sí que se habló aunque de manera
superflua de las pensiones, pero se hizo con las palabras del manual de lo
políticamente correcto, ni una sola palabra de lo importante: cómo pagarlas.
Eso sí, se presumió de tener fibra óptica y que somos una potencia europea por
esta razón, olvidándose en que quienes hacen grande a un país son las familias
y el capital moral de sus gentes.
En fin, todo continúa en las mismas condiciones en
que estaba antes de marcharme, unas condiciones en las que mucha gente continúa
sin entender de que se habla cuando se nombre la ley natural.
Feliz Tarde.
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