“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).
Después de un fin de semana en el que sin duda la
noticia más destacada a sido el excesivo calor, vamos a ver si durante los próximos
días las temperaturas vuelven a su estado natural, o sea que haga calor. De
momento el sol dejara de calentar a las 21:28 horas y lo volverá hacer mañana a
partir de las 06:44 horas.
Entre los innumerables libros que leí durante el
Servicio Militar Obligatorio o sea la “mili” de toda la vida, recuerdo que “1984” era uno de ellos, y que
por aquel entonces la novela Orwell era ciencia ficción por lo que su trama nunca
llegaría a ocurrir, hoy ya no estoy tan seguro.
Recuerdo que en su argumento se planteaba la
posibilidad de que si una mentira era impuesta por el poder llegaba a ser
aceptada por todos, o sea que pasaba a formar parte de la historia y se
convertía en verdad. Orwell daba a entender que quien controla el pasado,
controla el futuro y quien controla el presente controla el pasado.
No hay que buscar mucho para darse cuenta que ya
nos esta pasando hoy en día, pues vemos que nos están imponiendo una única verdad
sobre hechos históricos que nos han sucedido en el siglo pasado.
El Ministerio de la Verdad es el que en la novela
de Orwell garantiza la certeza de cualquier relato a costa de reescribir la
historia. Por el momento no existe tal ministerio en España pero existen los
que podrían ponerlo en funcionamiento si se les deja, por lo pronto la historia
que se transmite a las generaciones jóvenes no deja de ser cuestionable, en
Cataluña y no solo en Cataluña.
Si hacemos memoria nos daremos cuenta que hace ya
bastantes años que no se ven por los medios de opinión publica ningún
historiador o estudioso de la historia que no cuente la historia según les
convenga a los que detentan el poder, si a alguien se le ocurre rebatir las teorías
oficiales rápidamente es acusado con lindezas del estilo de fascista, de
extrema derecha o franquista. Y esto, a pesar de la tan cacareada libertad de
expresión.
Los que no hayan leído la obra creo que resultaría
interesante que la leyesen, pues aunque Orwell le puso como titulo el año 1984,
y podemos pensar que con ese año esta pasada de moda, hay que tener en cuenta
que la publicó en 1948.
Recuerdo como me impresionó que en cada vivienda de
la novela había una pantalla de televisión que estaba siempre encendida y desde
la cual se vigilaba al inquilino, desde luego la similitud con lo que nos esta
ocurriendo hoy en día con el control al que somos sometidos por los móviles, a
los que mucha gente nunca desconecta, es mucha.
Ese Gran Hermano de la novela que todo lo vigilaba
ya se encuentra hoy entre nosotros, nosotros mismos volcamos nuestros pensamientos,
nuestros sentimientos, nuestras intimidades a través de las redes que lo
archivan todo y pueden sacar cualquier cosa que dijimos cuando a alguien le
convenga utilizarlos.
Esas redes son los medios de manipulación masiva
que ya se están utilizando para señalarnos los problemas en los que tenemos que
fijarnos o el partido que va de ganador en la encuesta. Naturalmente estos
medios sirven para manipular nuestra atención pues lo que no sale en estos
medios es como si no existiera. Solo tienen que observar la diferencia de
tratamiento que se da a unos casos de corrupción o a otros.
En fin, decía San Agustín de Hipona que a fuerza de
verlo todo se termina por soportarlo todo, a fuerza de soportarlo todo se
termina por tolerarlo todo, a fuerza de tolerarlo todo se termina aceptándolo
todo y a fuerza de aceptarlo todo terminamos por aprobarlo todo. Y en eso
estamos si no nos espabilamos y pensamos por nuestra cuenta.
Feliz Tarde.
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