“Lo
correcto es lo correcto, aunque no lo haga nadie. Lo que está mal está mal,
aunque todo el mundo se equivoque al respecto”. (G. K. Chesterton).
Parece ser que a partir de hoy la noche empieza su lenta
reconquista, hoy empezará a las 21:30 horas y dominará hasta las 06:41, un
minuto más que ayer.
Se piensa muchas veces que no encontramos
respuestas al acertijo que nos presenta la vida, que no somos capaces de
razonar bien y aclararnos sobre lo fundamental de la vida, pero el problema en
la gran mayoría de los casos, no es que no encontremos respuestas, sino que ni
siquiera somos capaces de ver el acertijo que nos presenta la vida.
No nos resulta extraño que nos digan que una casa
no es una casa, ni que esas ideas de “donde venimos” o hacia “donde vamos”
carecen de fundamento, sino que encontramos normal que nos digan que no lo han
tenido nunca. Hoy en día no es que no se vea la base filosófica de esas
preguntas, sino que ni siquiera se ven sus causas históricas.
En ningún lugar nos encontramos con nada que nos
indique que tenemos que sacar nuestras propias conclusiones, al contrario todo
son facilidades para que no tengamos la necesidad de esforzarnos, no en
aprender y saber cosas sino en hacer preguntas para comprenderlas y entenderlas.
Es lo que se llama la falsa teoría del progreso, que viene a decir, que podemos
cambiar el examen en lugar de intentar aprobarlo.
Ya se que buscar respuestas, muchas veces en la
historia, nos han llevado a la opresión y a algunos desastres, pero igual que en
todos los sistemas, empezando con el actual, que suelen ser despiadados y crueles.
Es razonable y hasta bueno, para nuestra sociedad, atacar a instituciones como
el ejército o la policía. Pero no es normal atacar al ejército y a la policía
sin saber ni haber oído hablar de los enemigos del estado ni de los ladrones.
Si queremos evitar algúno de estos problemas tendremos que pensar en buscarles
alguna solución y ponerles alguna barrera.
Uno de los problemas que nos acucian hoy en día es
que nuestra inteligencia es capaz de destruirse a sí misma. Podríamos impedir
la existencia de la próxima generación, tenemos la inteligencia suficiente para
conseguirlo, con solo convencer a la gente que se tire desde un acantilado,
bastaría. También podríamos por tanto, hasta cierto punto, enseñar a la gente a
no pensar, con solo enseñar a la siguiente generación que el pensamiento humano
carece de validez.
Si lo miramos bien, nos podremos dar cuenta de que
existe un pensamiento que impide el pensamiento. Y ese es el unido pensamiento
que debería atajarse. Cuando se nos dice que todas las cosas son “únicas” y por
lo tanto “diferentes”, en que no hay categorías de ninguna tipo se esta
intentando destruir el pensamiento. Para pensar se necesita poder relacionar
las cosas y dejamos de pensar cuando no hay nada que relacionar. Si volvemos
unas líneas atrás nos daremos cuenta que además de ser un error, se trata también de una contradicción en los términos. Si todas las cosas fuesen diferentes, no podríamos
referirnos a ellas diciendo: “Todas las cosas”.
A lo que asistimos ante tanta información y la
posibilidad de saberlo todo no es al nacimiento de un nuevo pensamiento libre,
sino a su vejez y a su disolución final. No se puede imaginar una sociedad más
absurda que en la que sus habitantes se pregunten por la realidad de su propia
existencia, igual que resulta inconcebible un mundo en el que sus habitantes
duden de su existencia.
Feliz Tarde.
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