“Tener
derecho a hacer algo no es para nada igual a tener razón al hacerlo”.. (G.
K. Chesterton).
Comenzamos este año, en su segundo día, ayer no pudo
ser, pero fue un día espléndido, digno de un nuevo año que luce sus mejores
galas para desear dar una buena imagen. Hoy
el sol nos saldrá a las 08:19 horas y continuará luciendo hasta las 17:50
horas, y la temperatura en mi balcón de Pego es de 8,3 grados. Para mi gusto,
frío.
Después del día de ayer, tal vez me debería
preguntar: ¿dónde está lo nuevo de este 2019? ¿Sólo en el cambio de un dígito?
¿Qué me ofrece ese cambio? Preguntas que tal vez resulten interesantes pues la
respuesta generalmente suele ser negativa, nada, nada ha cambiado ni va a
cambiar si yo soy el mismo, todo seguirá igual salvo que cambie yo. Que este
año me aporte algo nuevo va ha depender solo de mí.
Todo lo negativo que he encontrado el año pasado en
nuestra sociedad tengo la impresión que continuará igual, voy a tener las
mismas guerras, los mismos problemas con los inmigrantes, los líos y disputas
entre los partidos políticos van a ser los mismos. Es verdad, que también lo
positivo va a continuar, seguirá habiendo gente que ayude a los náufragos,
gente que se preocupe por conseguir mejores leyes sociales y que se sacrifique
por los demás. Lo bueno tan bien continuara.
Muchas de esas cosas positivas no nos parecerán
nuevas, porque serán continuación de lo que ya había y, además, poca gente es
consciente del valor que tienen, pero si lo pensamos, veremos que en ellas está
la verdadera novedad. Las personas que realizan acciones bondadosas siempre nos
parecerán nuevas, pues la bondad esta en continua renovación y siempre se
rejuvenece.
Me inclino a pensar que en esa línea es posible que
nos deseemos un feliz año nuevo. Pues si la novedad la encontramos en la
bondad, estoy seguro que vamos a ser felices. Sólo en las cosas buenas
encontraremos la felicidad. En las cosas malas, en el mal puede haber
excitación, pasión y, como no, obcecación, pero no verdadera felicidad.
Lo hemos dicho ya alguna vez, la felicidad
verdadera es la que se produce cuando contemplamos y buscamos el bien de los
demás que, curiosamente, va a coincidir con nuestro bien. Solo el que busca la
felicidad de los demás, ese y sólo ese, es el que esta en el camino de
encontrar su propia felicidad.
Si conseguimos que el año 2019 sea nuevo en nuestra
inclinación a hacer el bien, entonces con casi toda la seguridad tendremos un
año feliz.
Feliz y Dulce Día.
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