miércoles, 2 de enero de 2019

Miércoles 2 de enero de 2019.

Tener derecho a hacer algo no es para nada igual a tener razón al hacerlo”.. (G. K. Chesterton).

Comenzamos este año, en su segundo día, ayer no pudo ser, pero fue un día espléndido, digno de un nuevo año que luce sus mejores galas para desear dar una buena  imagen. Hoy el sol nos saldrá a las 08:19 horas y continuará luciendo hasta las 17:50 horas, y la temperatura en mi balcón de Pego es de 8,3 grados. Para mi gusto, frío.
Después del día de ayer, tal vez me debería preguntar: ¿dónde está lo nuevo de este 2019? ¿Sólo en el cambio de un dígito? ¿Qué me ofrece ese cambio? Preguntas que tal vez resulten interesantes pues la respuesta generalmente suele ser negativa, nada, nada ha cambiado ni va a cambiar si yo soy el mismo, todo seguirá igual salvo que cambie yo. Que este año me aporte algo nuevo va ha depender solo de mí.
Todo lo negativo que he encontrado el año pasado en nuestra sociedad tengo la impresión que continuará igual, voy a tener las mismas guerras, los mismos problemas con los inmigrantes, los líos y disputas entre los partidos políticos van a ser los mismos. Es verdad, que también lo positivo va a continuar, seguirá habiendo gente que ayude a los náufragos, gente que se preocupe por conseguir mejores leyes sociales y que se sacrifique por los demás. Lo bueno tan bien continuara.
Muchas de esas cosas positivas no nos parecerán nuevas, porque serán continuación de lo que ya había y, además, poca gente es consciente del valor que tienen, pero si lo pensamos, veremos que en ellas está la verdadera novedad. Las personas que realizan acciones bondadosas siempre nos parecerán nuevas, pues la bondad esta en continua renovación y siempre se rejuvenece.
Me inclino a pensar que en esa línea es posible que nos deseemos un feliz año nuevo. Pues si la novedad la encontramos en la bondad, estoy seguro que vamos a ser felices. Sólo en las cosas buenas encontraremos la felicidad. En las cosas malas, en el mal puede haber excitación, pasión y, como no, obcecación, pero no verdadera felicidad.
Lo hemos dicho ya alguna vez, la felicidad verdadera es la que se produce cuando contemplamos y buscamos el bien de los demás que, curiosamente, va a coincidir con nuestro bien. Solo el que busca la felicidad de los demás, ese y sólo ese, es el que esta en el camino de encontrar su propia felicidad.
Si conseguimos que el año 2019 sea nuevo en nuestra inclinación a hacer el bien, entonces con casi toda la seguridad tendremos un año feliz.

Feliz y Dulce Día.

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