“Tener
derecho a hacer algo no es para nada igual a tener razón al hacerlo”. (G.
K. Chesterton).
Empieza a hacer frío, o mejor dicho estoy empezando
a sentir frío al menos durante las primeras horas del día, ahora en mi balcón 8,8 grados, aunque cuando salga el sol a las 08:19 es fácil que baje un poco,
menos mal que mientras tengamos sol la temperatura será agradable, así que a
disfrutar hasta las 17:57 horas.
He hablado tantas veces de la decadencia de Europa que
algún día es posible que esa previsión llegue a cumplirse. Pero de momento ese
día no ha llegado. Hay personas que piensan que ese pronóstico terminará por
cumplirse y que sólo es cuestión de esperar.
Pero yo no lo creo así, no pienso que el futuro esté
determinado, la decadencia de Europa es tan posible como evitable. La cuestión está en evitar la artimaña del progresismo, que se podría resumir en pensar que
cualquier idea nueva es, por sí misma, buena. Un progresista piensa que el
futuro es aquello que tiene delante de su cara y no considera la posibilidad
que su vista se equivoque y no se detiene a pensar si avanza hacia la
decadencia.
Es posible que lo que nos esté pasando es que
estemos avanzando hacia atrás, que estemos progresando hacia la decadencia en
vez de hacerlo hacia un auténtico progreso, que es el de un espíritu y cultura
superior.
Nos sucede que podemos conocer la realidad material
que nos rodea y describirla, pero, en ningún caso, nos planteamos desentrañar su
sentido ni encontrar su fundamento, en estas condiciones, sólo la filosofía, es
decir, el saber acerca del sentido y el fundamento, puede solucionarlo.
Mientras,
vivimos en un mundo que ha renunciado a buscar cual es el sentido de su
existencia. Y lo que encuentro más curioso es que hay quienes piensan que hoy
en día la más elevada sabiduría consiste en constatar que no es necesario
buscarlo ni tenerlo.
La decadencia de Europa terminará en el momento en
que nos planteemos su sentido y su fundamento.
Feliz y Dulce Día.
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