“No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la
democracia para hacer una revolución.” (G. K.
Chesterton)
Hoy el sol vuelve a repetir el
horario de ayer, desde las 08:04 horas hasta las 17:39, parece que empieza a
detener su lenta reducción del tiempo que pasa con nosotros. La temperatura fresca, 12,4 grados, pero nos espera un día
estupendo.
He terminado hace un momento
de leer el “Buenos Días” de ayer, porque pensaba que le faltaba algo, y creo
que le faltaba la utilización de lo que solemos llamar: Tener sentido común.
El “sentido común” es una
buena guía para tomar decisiones, aunque nos encontramos, que por diversas
circunstancias, se esta perdiendo. Ya se que es muy complicado hoy en día
seguir a nuestro “sentido común” pues se nos presentan tantas propuestas, y que
además están tan ideologizadas que hemos perdido la capacidad de juzgarlas
rectamente y así poder distinguir en ellas lo que esta bien y lo que esta mal.
No hay forma de entender
algunas afirmaciones que se usan y que se aplican como si se trataran de un
dogma, no se puede defender la libertad de las personas usando medios
represivos como son la violencia o la degradación de la persona.
Hemos convertido la verdad de
las cosas en algo relativo, por lo que pierde su fuerza, resulta que ahora la
“verdad” se convierte en “tu verdad” o “mí verdad” por lo que pasa ser una
opinión, y cuando a una opinión le damos un poder político estamos creando una
forma de gobierno despótico y sobre todo injusto.
Y cuando esa opinión se
convierte en mayoritaria trastorna la sociedad convirtiéndola en absurda, pues
va a reclamar unos derechos humanos atacando otros, incluso a los más básicos y
elementales como el derecho a la vida y la dignidad de la persona, si se atacan
los derechos más básicos estamos llevando a la sociedad a una continua contradicción
y a que pierda su sentido común, como por ejemplo cuando se reclama el derecho
al propio ejercicio de la libertad para decidir abortar o atacar a la justicia.
Cuando perdemos el sentido de
lo que es la vida y de lo que ella contiene en sí misma nos situamos ante lo
absurdo. Es esa regla que se esta poniendo de moda, esa regla sin sentido que nos lleva a que tenemos que
pensar lo mismo que la mayoría, pensar y actuar como todos, sustentar las
mismas ideas, dar las mismas opiniones y adoptar los mismos criterios.
Se necesita una reflexión
especial para romper con esos principios vacíos de contenido que nos estamos
encontrando en nuestra sociedad. No nos podemos acomodar a esa mentalidad, no
nos queda más remedio que intentar transformarnos y aplicar nuestro “sentido
común” para poder desentrañar que es, lo bueno, lo agradable y lo perfecto,
para aplicarlo en nuestro mundo.
Y nuestra mente es la primera
que ha de comenzar a hacer realidad esa reflexión. No hay peor corrupción que
aquella que se fragua en la mente. Es mucho peor que la corrupción del corazón
puesto que en ella se encuentra o la luz o la oscuridad.
Feliz y Dulce Día.
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