martes, 4 de diciembre de 2018

Martes 4 de diciembre de 2018.

“No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la democracia para hacer una revolución.” (G. K. Chesterton) 

Me estoy dando cuenta estos últimos días que las personas ante un mismo “Buenos Días” reaccionan de diferente forma, y anoche le estaba dando vueltas a la cuestión, pero antes os diré unas cosas que pienso que todos entenderán de igual manera; el sol saldrá a las 08:04 horas y estará con nosotros hasta las 17:39, y que ahora tengo una temperatura en mi balcón de 15,1 grados.
Yo creo que muchas veces entendemos algo dependiendo del estado general en el que nos encontremos, de nuestras convicciones, sentimientos, gustos y deseos. Escribo un “Buenos Días”, y con ello lo presento a la vuestra aceptación o a vuestro rechazo, cada uno tendrá su parecer sobre el tema, anteriormente a lo que le presente y este parecer es consecuencia de su carácter anímico y, en general, no lo cambiará ninguna de mis opiniones.
No quiero decir que no haya una cantidad de pruebas suficientes para convenceros sobre algún tema, lo que sucede es que no tienen de hecho un carácter irresistible. Pues, tal como están las cosas, en medio de las numerosas obligaciones, de la confusión y las prisas del mundo, y teniendo en cuenta las condiciones particulares, pocos tenéis tiempo de ponderar muchas de estas cuestiones con un equilibrio justo, y de decidirse después de una investigación sosegada y completa de las pruebas. 
La mayoría tenéis que decidir y decide mediante los principios de pensamiento y conducta habituales en vosotros. Es decir, con vuestro juicio anterior sobre el tema, ese juicio que ya teníais es el que os inclina hacia un lado u otro, y que da vuestra interpretación.
Y esta es la manera como se forma comúnmente nuestro juicio sobre los hechos que leemos, porque no puede hacerse de otra manera. Pero los de mente inquieta tenemos que actuar, pero muy raras veces disponemos de medios para examinar lo que nos garantiza la verdad de las afirmaciones, la base de las cuales nos sirven para sacar conclusiones.
Y es aquí donde nos empiezan a manipular, es cuando buscamos fuentes que sean de confianza cuando nos encontramos a menudo ciertos medios de comunicación interesados, que aventuran unas declaraciones provocativas, con la intención precisa de sacar a la luz lo que piensa la gente sobre tal o cual punto; así averiguan la opinión general, perciben la dirección que han de tomar para conseguir los objetivos que se han propuesto y qué procedimientos son viables y seguros.
De la misma manera, que sucede con la opinión que tenemos sobre los “Buenos Días” nos creemos o no nos creemos noticias alarmantes o inesperadas, y actuamos de una manera o de otra, según tendamos o no a creer con facilidad, sentir o no los deseos de que aquello suceda, dispongamos o no de antecedentes, y estemos o no previamente informados.
Por eso, ante una opinión, se juzga de tal o cuál manera según las personas deseen o no que sea verdad, estén influidos o no por tal o cual modo de ver la vida, y tengan más o menos conocimientos sobre el tema.
Decidimos de una manera u otra según cómo se sitúa el supuesto hecho en relación con el estado previo de nuestros conocimientos y sentimientos.
En fin, cada uno puede tener una opinión pero todas no pueden tener razón.

Feliz y Dulce Día.

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