“No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la
democracia para hacer una revolución.” (G. K.
Chesterton).
Hoy es Nochebuena y mañana Navidad, como cantaba el villancico,
pero hoy es el día en el que ese canción se hace real, un día en el que habremos
visto salir el sol en Pego a las 08:17 horas y estará con nosotros hasta las 17:44,
y la temperatura en mí balcón de Pego no la sé, pero conozco la de Onteniente y
en mí balcón de Onteniente la temperatura es de 12,1 grados.
Una gran mayoría de nosotros piensa
que la Navidad está vaciada de significado, es una pena pero es así, no hay más
que darse una vuelta por las calles y plazas. Se toma un concepto cristiano, se
le vacía de su significado y se rellena ese vacío con hechos o acontecimientos
derivados del significado original.
La Navidad, se la mire por
donde se la mire y se coja por donde se coja, es una realidad cristiana. Eso es
así, nos puede gustar o no pero no se puede cambiar. Ya se que la palabra
Navidad evoca cosas muy distintas en cada uno. Hay personas que les trae
recuerdos bonitos, a otros dolorosos, los hay que se ponen nostálgicos o deprimidos
y a otros contentos. A unos les gusta y
a otros no.
La Navidad se celebra de forma
distinta según las tradiciones de cada país, comunidad autónoma, pueblo o
familia pero en el origen de todas está la primera Navidad: el hecho histórico del
nacimiento de Cristo con los acontecimientos que lo precedieron y siguieron.
Y desde entonces hemos
aprendido muchas cosas, aprendimos, por medio de las parábolas en los
Evangelios, que ahí existe una lógica diferente, una forma de vivir la vida, con
una lógica muy diferente a la que nosotros vemos muchas veces a nuestro
alrededor y muchas veces distinta de la que pretendemos que sea.
Quizás para muchos la Navidad
pase desapercibida, o sea una fiesta más de fin de año destinada al consumo.
Pero hoy, del mismo modo que hace más de dos mil años, lo invisible, lo que
pasa desprevenido para muchos, está ocurriendo igual, y actuando en silencio y cuyo sonido es capaz de asombrar a quien
sabe escucharlo.
Feliz y Dulce Día.
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