“No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la
democracia para hacer una revolución.” (G. K.
Chesterton)
Parece mentira, que ya hayan
pasado cuarenta años desde que votamos la Constitución Española, que por cierto
yo voté, aunque lo hice con mi voto negativo, esto lo explicare pues hoy tengo
el tiempo suficiente, pero después de daros la hora de salida y puesta de sol;
desde las 08:05 horas hasta las 17:38 y la temperatura es en mi balcón es de
13,5 grados.
Muchos de los que me conocen y
de los que nos reunimos aquella tarde ya lo saben, por lo que no estoy diciendo
nada nuevo, lo que sucede es que ahora, en estos días se está indicando mucho
en los medios de comunicación y lo están señalando además muchos políticos que están en primera línea; que los que están en contra de la Constitución Española
no son demócratas y que además traicionan a España, y claro, yo después de
cuarenta años no tengo más remedio que decir que se equivocan y que no solo se
equivocan sino que además es mentira, y lo saben.
Vamos a ver la democracia y
ser demócrata no tiene nada que ver que estar a favor o en contra de la
Constitución, la democracia es una forma de gobierno cuyo fin debe ser la
consecución del bien común, y si la consecución del bien común es el principal
objetivo de todo gobierno, que esté tenga una Constitución o no la tenga no
tiene ninguna importancia. Por ejemplo, un país tan demócrata como Inglaterra
no tiene constitución y no por eso los ingleses son antidemócratas y menos aun
dejan de amar a su país.
Como dije, hace cuarenta años
vote en contra, y ahora que “visto lo visto”, de los tres motivos por los que
no estaba de acuerdo, en dos de ellos me continuo ratificando y además ahora
puedo decir que hace cuarenta años tenia mucha razón, y los que estaban conmigo
aquella tarde no me van a dejar mentir.
El principal motivo por el que
no vote a favor es por que considero que la Constitución es agnóstica, o sea
que es neutral ante los valores morales, no es que este en contra de mí visión
moral de la vida sino que esta a favor de todos los sistemas morales, y eso no
hay “sentido común” que lo entienda. Mí opinión hace cuarenta años era, como
ahora, que no fue un olvido sino de una exclusión a propósito, se trataba de
pasar de una moral católica a una aconfesional propia de un parlamento liberal
o para ser más exacto una monarquía parlamentaria
liberal.
Cuál era entonces la
consecuencia lógica que yo veía; que eso era algo que iba a tocar a los
cimientos de la misma sociedad civil pues hay una falta de referencia a los
principios morales por los que se debe regir, lo que esta bien y lo que esta
mal, lo que nos lleva a que la orientación moral de las leyes y actos de
gobierno quede a merced de los poderes públicos de turno. Y este problema lo
estamos viendo en su parte práctica en muchas de las leyes que tenemos hoy en
día.
A esto anterior, hay que
añadir que hay muchas ambigüedades en el texto constitucional que se ha
convertido fácilmente en manos de los sucesivos gobiernos en un salvoconducto
para atacar derechos inalienables del hombre.
El segundo punto en el que no
estoy de acuerdo es que se hizo con consenso, y me voy a tener que explicar, en
el texto de la constitución cabe todo o sea esta hecha de forma que cualquier
forma de pensar y actuar tiene cabida en ella, no tiene líneas que no se puedan
pasar, no existen esas líneas que establecen hasta donde pueden llegar los
atropellos que se pueden producir, y esto es lo que los constitucionalistas no
tuvieron el valor de hacer.
Para que fuese una
Constitución de consenso se tuvo que utilizar un lenguaje ambiguo, y ambiguo
quiere decir falso, ya se dijo en el 78, creo que fue Gregorio Peces Barba en el
congreso; si una mayoría absoluta quiere llevar a termino una ley que en un
sentido pueda ser inconstitucional el Tribunal Constitucional terminará por
aprobarla, sino a la primera a la segunda, pues hay recursos para conseguirlo. No
existe limite, ya se que esto puede parecer duro e imposible pero es así, solo
tenéis que ver como unas leyes son constitucionales o no dependiendo de quien
gobierna.
Mirad una cosa, es tan ambigua
que permite cualquier clase de partido político incluidos los que quieren
terminar con la Constitución y les permite presentarse a las elecciones y que
tengan representantes en el Congreso y en el Senado, pero mirad lo absurdo de
la cuestión, si esos partidos llegasen al poder por ejemplo en una Comunidad Autónoma,
no podrían hacer lo que quieren hacer, y esto es así, nos guste o no. Esta es
la clave del problema que tenemos con los independentistas.
Se permiten, porque es
constitucional que existan partidos que quieran destruir la unidad de España,
se le dan toda clase de facilidades legales para que puedan conseguir sus
objetivos pero si algún día consiguiesen una mayoría suficiente la Constitución
se lo prohibiría. Por lo tanto ya tenemos un problema que no tiene solución al
menos en esta Constitución. Si se amparan unas ideas luego no puedes decirles a
esas personas que no pueden hacerlas realidad, o somos o no somos. La Constitución
debe ser clara y no lo es. Si no quieres aceptar unas ideas lo tienes que
decir.
Que se consigue, que no
tengamos un criterio al que seguir, he puesto este ejemplo como podría poner otros,
como el del aborto, que por cierto la ley lleva ocho años atascada en el
Tribunal Constitucional, no es una constitución clara. Y no lo es porque no se
quiso, porque se sabia donde estaban los errores, lo discutimos hace cuarenta
años, y aún nadie me ha podido explicar porque después de copiar tantos
artículos de la Constitución Alemana no se copiaron ni el articulo 9 ni el 21,
que son los que prohíben todo movimiento político que vaya en contra de la
Constitución ni de la unidad del país.
Por cierto, se me estaba
olvidando el famoso articulo 155, que es otro de los errores de nuestra
Constitución, un saco sin fondo donde cabe todo y que también merecería una
explicación más larga.
Se hizo una Constitución de
consenso, ¿que es un consenso político? Os habéis parado alguna vez a pensarlo.
Es una reunión de personas que renuncian a sus principios para llegar a unos
acuerdos que están en contra de esos principios o mejor dicho que intentan
estar de acuerdo con todos los demás principios. Y claro, mi sentido común me
dice que ahí falla algo, ahí no se acuerda ningún principio a seguir sino que
no se va a seguir ninguno.
Vamos a ver si me explico un
poco mejor, no puede haber supervivencia de un sistema político si este alberga
en su seno a quien quiere destruirlo, se tiene que poner una barrera para los
que defienden la disolución del sistema político, yo creo que es de sentido común,
ninguno de nosotros fundaríamos una sociedad con personas que quieran destruir
esa sociedad.
Con todo lo que acabo de
escribir estoy diciendo que no voy a celebrar y que no me voy alegrarme de
tener la Constitución Española, pues no, claro que voy a celebrar y a festejar
que gracias a esta Constitución hemos disfrutado de los mejores 40 años de la
historia de España, lo único que digo es que puede ser un poco mejor si le
permitimos que tenga unas ideas morales y políticas claras y que le permitamos
que ella misma se pueda defender.
Feliz y Dulce Día.
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