“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte,
pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien).
Hoy ha amanecido como todos los
días, pero lo ha hecho a las 07:28 horas y tendremos también un crepúsculo, como
todos los días, pero hoy será a las 18:00 horas y es que todos los días se
repiten estos dos fenómenos pero cada día son diferentes como lo son todos
nuestros días.
Hoy, por ejemplo, en mi balcón
tenemos una temperatura de 11,9 grados, estoy esperando ese día en que baje de
los 10 grados para poder anunciar que el frío ha llegado por fin.
Después de lo que escribí ayer
he leído varios comentarios y al leerlos recuerdo un observación que escuche y
que me viene muy bien; en apariencia son profundos, pero en lo profundo son
superficiales. Hay gente que piensa que hoy en día las creencias religiosas de
la humanidad se han caído como una montaña de naipes, y que vamos a tener un
mundo tranquilo y sereno lleno de no creyentes racionales saludándose
amablemente unos a otros. Pero esto me parece que no es cierto.
No todo lo que nos sucede a
las personas tiene una explicación científica, buscar el significado o el
sentido de la vida humana no se explica con una teoría científica. ¿Pero acaso
me debería importar? ¿No debería simplemente aceptar que hay algunos que en
realidad no entienden y no tienen un sentido de trascendencia sobre el milagro
de vivir? Algunas personas entienden la religión, otros no. ¿Por qué no dejar
así las cosas?
Tal vez sea justo dejar las
cosas así, pero no. Debemos entender que la religión tiene unas consecuencias
sociales, culturales y políticas, y no podemos esperar que estas bases de
nuestra cultura occidental se caigan y dejen el resto del edificio intacto. Esto
hay que comprenderlo y pienso que no se comprende.
Vamos a ver, si se pierde la
fe cristiana significa abandonar la moralidad cristiana y sustituirla por otra,
ya se que se me dice que la ética es obvia, pero que no lo es, yo solo se que la
historia de Europa desde el siglo dieciocho ha sido la historia de varios
intentos de encontrar alternativas a Dios como objeto de culto, entre ellos el
estado nación, la raza y el manifiesto comunista y esto nos costó varias guerras.
También se que ahora se ha
cambiado el rumbo hacia nuevas formas de idolatría, entre ellas el mercado, el
estado liberal democrático y la sociedad consumista, que son todas formas de
decir que no hay moralidad más allá de la opción personal siempre y cuando no
se dañe a otros. Pero esto no funciona,
lo estamos viendo todos los días pues los niveles de confianza entre las
personas han caído en picado, lo vemos en la política, en los fracasos
matrimoniales y de parejas, las tasas de depresión y los síndromes vinculados al estrés
se han disparado, especialmente entre los jóvenes pues solo hay que mirar los
porcentajes de suicidios.
La verdad es que nada de lo
anterior nos sorprende ya, pero así es como se ve una sociedad que se construye
sobre el materialismo, el individualismo y el relativismo moral y que maximiza
la libertad personal, pero esto tiene un costo.
Las sociedades fuertes son
siempre sociedades morales. Eso no significa que necesiten ser religiosas. Es
solo que, no puedo encontrar un ejemplo claro en la historia, antes de nuestro
tiempo, de una sociedad que mantenga exitosamente la vida moral sin la ayuda de
la religión.
No deseo convertir a otros con
mis creencias religiosas. Tampoco creo que tenga uno que ser religioso para ser
moral. Pero no he encontrado aún una ética secular capaz de sostener a largo
plazo a una sociedad de comunidades y familias fuertes con altruismo, virtud,
autocontrol, honor, obligación y confianza en el otro. Un siglo después de que
la civilización pierde su alma también pierde su libertad. Eso debería
preocuparnos a todos, creyentes y no creyentes por igual.
Feliz y Dulce Día.
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