jueves, 1 de noviembre de 2018

Jueves 1 de noviembre de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien). 

Hoy ha amanecido como todos los días, pero lo ha hecho a las 07:28 horas y tendremos también un crepúsculo, como todos los días, pero hoy será a las 18:00 horas y es que todos los días se repiten estos dos fenómenos pero cada día son diferentes como lo son todos nuestros días.
Hoy, por ejemplo, en mi balcón tenemos una temperatura de 11,9 grados, estoy esperando ese día en que baje de los 10 grados para poder anunciar que el frío ha llegado por fin.
Después de lo que escribí ayer he leído varios comentarios y al leerlos recuerdo un observación que escuche y que me viene muy bien; en apariencia son profundos, pero en lo profundo son superficiales. Hay gente que piensa que hoy en día las creencias religiosas de la humanidad se han caído como una montaña de naipes, y que vamos a tener un mundo tranquilo y sereno lleno de no creyentes racionales saludándose amablemente unos a otros. Pero esto me parece que no es cierto.
No todo lo que nos sucede a las personas tiene una explicación científica, buscar el significado o el sentido de la vida humana no se explica con una teoría científica. ¿Pero acaso me debería importar? ¿No debería simplemente aceptar que hay algunos que en realidad no entienden y no tienen un sentido de trascendencia sobre el milagro de vivir? Algunas personas entienden la religión, otros no. ¿Por qué no dejar así las cosas?
Tal vez sea justo dejar las cosas así, pero no. Debemos entender que la religión tiene unas consecuencias sociales, culturales y políticas, y no podemos esperar que estas bases de nuestra cultura occidental se caigan y dejen el resto del edificio intacto. Esto hay que comprenderlo y pienso que no se comprende.
Vamos a ver, si se pierde la fe cristiana significa abandonar la moralidad cristiana y sustituirla por otra, ya se que se me dice que la ética es obvia, pero que no lo es, yo solo se que la historia de Europa desde el siglo dieciocho ha sido la historia de varios intentos de encontrar alternativas a Dios como objeto de culto, entre ellos el estado nación, la raza y el manifiesto comunista y esto nos costó varias guerras. 
También se que ahora se ha cambiado el rumbo hacia nuevas formas de idolatría, entre ellas el mercado, el estado liberal democrático y la sociedad consumista, que son todas formas de decir que no hay moralidad más allá de la opción personal siempre y cuando no se dañe a otros.  Pero esto no funciona, lo estamos viendo todos los días pues los niveles de confianza entre las personas han caído en picado, lo vemos en la política, en los fracasos matrimoniales y de parejas, las tasas de depresión y los síndromes vinculados al estrés se han disparado, especialmente entre los jóvenes pues solo hay que mirar los porcentajes de suicidios.
La verdad es que nada de lo anterior nos sorprende ya, pero así es como se ve una sociedad que se construye sobre el materialismo, el individualismo y el relativismo moral y que maximiza la libertad personal, pero esto tiene un costo.
Las sociedades fuertes son siempre sociedades morales. Eso no significa que necesiten ser religiosas. Es solo que, no puedo encontrar un ejemplo claro en la historia, antes de nuestro tiempo, de una sociedad que mantenga exitosamente la vida moral sin la ayuda de la religión.
No deseo convertir a otros con mis creencias religiosas. Tampoco creo que tenga uno que ser religioso para ser moral. Pero no he encontrado aún una ética secular capaz de sostener a largo plazo a una sociedad de comunidades y familias fuertes con altruismo, virtud, autocontrol, honor, obligación y confianza en el otro. Un siglo después de que la civilización pierde su alma también pierde su libertad. Eso debería preocuparnos a todos, creyentes y no creyentes por igual.

Feliz y Dulce Día.

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