miércoles, 21 de noviembre de 2018

Miércoles 21 de noviembre de 2018.

“No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la democracia para hacer una revolución.” (G. K. Chesterton) 

Vamos a disfrutar de este miércoles como se merece, y lo vamos a hacer no solo desde las 07:50 horas hasta las 17:43 horas, que son en las que nos acompañara el sol, sino en todas sus 24 horas, de momento la temperatura es un poco fresca, 12,7 grados, pero con la ayuda del sol estoy seguro que mejorará.
Y ahora viene el problema; ¿Cómo de es el día que nos merecemos? ¿Qué nos merecemos? Creo recordar que Sócrates decía que no merece la pena vivir si no es a través del examen de uno mismo, sabiendo qué estoy viviendo, cómo lo estoy viviendo, en qué estoy confiando mi propia vida.
Pienso que no habla de exámenes, sino de una forma de cuidarse que nos debe llevar a recapacitar, a hacernos preguntas, a buscar, a dialogar, a poner sobre la mesa las cosas con claridad. Lo que creo es que se refiere a una filosofía que consiste en el amor al saber, pero que nos debe llevar a la vida misma de las personas, y provocar una forma de relación, un juicio sobre el mundo y la realidad, un impacto sobre el único tiempo del que realmente disponemos.
Si algún día hacemos la prueba, nos daremos cuenta que nos surgirán preguntas, si bien de algunas ya sabemos de antemano las respuestas, quizá utilizando palabras de otros, conceptos y representaciones que proliferan en nuestra sociedad, y que marcan referentes. Unas preguntas clave, en forma de presentimientos no pocas veces irracionales o impulsos motivados por los sueños de nuestra infancia y de la juventud. Unas preguntas certeras, capaces de desdoblar la realidad, de revolverla, de aderezarla.
Sí encontramos alguna respuesta exacta a alguna pregunta clave, sí que tendremos un objetivo que alcanzar y un deseo de alcanzarlo, por eso nos habremos hecho la pregunta. Quizá no podremos alcanzar nuestro objetivo este miércoles, pero lo de hoy servirá para mañana. Quizá no podamos expresar nuestro objetivo con palabras, ni en frases, y eso le dará también un atractivo más. Quizá, tal vez, sea a través de nuestra vida misma como descubramos qué es, y qué no es, generosidad, entrega, libertad y vida.
La respuesta exacta a todo esto me preocupa, como también me inquieta equivocarme y echar por tierra una vida, pues corregir será sin duda girar y convertir, y no borrar lo que ya está vivido. Desdecirme, de algún modo, y aprender a curar las heridas causadas anteriormente.

Feliz y Dulce Día.

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