viernes, 16 de noviembre de 2018

Viernes 16 de noviembre de 2018.

“¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.” (J.R.R. Tolkien).

Otro día triste el que vamos a tener por delante, de momento, no voy a poder disfrutar de la salida del sol a las 07:45 horas y me parece que el crepúsculo a las 17:46 horas tampoco va a ser posible, menos mal que la temperatura es bastante agradable, 17,3 grados.
Lo insinuaba ayer, estos son días complicados para los mediterráneos y sobre todo para los que son de espíritu melancólico, y para los que solo ven todo lo negativo que les rodea, unos días como estos les retraen un poco más y se encierran con su tristeza.
Ayer intente poner en práctica lo que escribí en el “Buenos Días”, y mientras me tomaba el cortado, pues no pude entrenar pues llovía a “mares”, comentaba que debemos disfrutar del amanecer, de la lluvia, de los días soleados… de la salud y de la vida. Pero mientras lo decía me daba cuenta que a mucha gente le es imposible entender lo que digo, pues vive de manera negativa y atropellada, y así no se puede apreciar, ni vivir, ni gozar todo lo positivo que tenemos en derredor.
Es así, existen muchas personas con buena situación económica y familiar que no son felices sencillamente porque no son capaces de vivir en paz consigo mismo y con los que les rodean. No quiero decir que tengamos que ser conformistas sino más bien realistas y responsables o sea maduros. Ahora con la edad me doy cuenta más a menudo, veo a personas que se han pasado la vida buscando y luchando por alcanzar algo que estaba fuera de su alcance, y ahora al llegar a la vejez se encuentran insatisfechos, frustrados y amargados.
Y el problema que se les presenta es que el remordimiento, el arrepentimiento de no haber hecho lo que se tenía que hacer en su momento les provoca dolor, al grado de no perdonarse así mismos, y como consecuencia se llenan de amargura y de un vacío existencial.
Es complicado, hablarles y mostrarles que tienen una mala actitud ante la vida, pues cuando se encierran en sí mismos y culpan a los demás de su infelicidad, cuando se vuelven negativos la vida que es parte de ellos, se cierra con ellos y todo se vuelve negativo, oscuro y difícil. Todo les parece que se vuelve contra ellos.
Eligir todos los días solo pensamientos positivos, tener buenos pensamientos es un hábito en el que hay que trabajar a diario y si lo que hacemos en cambio es tener más pensamientos negativos que positivos nos va a costar un poco volver a tomar el control, pero ya se sabe; “nunca es tarde si la dicha es buena”.

Feliz y Dulce Día.

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