"Una cosa muerta puede ir con la corriente,
pero sólo un ser vivo puede ir en su contra." (G. K. Chesterton).
Buenos
Días: Parece ser que hoy tampoco vamos a poder ver el sol a partir de las 08:02
horas, y es más que probable que cuando a las 17:39 horas se nos escape por el
horizonte hayamos pasado todo el día de san Francisco Javier sin haber disfrutado
de su luz.
Sin
duda vamos a tener otro día gris, así que aprovechare la ocasión para tratar,
otra vez, una cuestión más negra que gris ya que el 25 de noviembre se dedico a
la violencia de género.
Estoy
seguro que ya habré escrito sobre el tema y supongo que lo hice, más o menos, como
lo voy a hacer ahora, basándome en el tan conocido; “no cometerás actos impuros”
o lo que es lo mismo en la lujuria. Según lo veo, la violencia de género
aparece cuando no nos oponemos a nuestras malas inclinaciones, cuando no
hacemos nada para alejarnos de la lujuria.
Si
buscamos en el diccionario nos encontraremos con esta definición de lujuria; 1. f . Deseo excesivo del
placer sexual. Que viene a coincidir con la mayoría de los motivos por los que
se produce la violencia de género. Por eso creo que todo lo que sea enseñar a
las personas como controlar la lujuria es un paso adelante para frenarla, pienso
que la educación para la sexualidad que se esta dando no resuelve el problema
sino que lo agrava. Por eso me entristece que por un lado las instancias
oficiales se manifiesten en contra de la violencia, cuando, por otro lado,
fomentan la existencia de agresores en potencia.
Todos
sabemos, porque lo hemos visto o porque lo hemos comprobado que el hombre lujurioso
es machista, puesto que considera a la mujer como un objeto de placer y por lo
tanto la desprecia como persona. Y es que si miramos la conducta de los lujuriosos,
están convencidos de que, con su forma de actuar hacen un favor a las chicas.
No
creo que se puedan eliminar en su totalidad las agresiones sexuales, la historia
nos dice que la lujuria, ha existido siempre, a pesar de la intensa lucha del
Cristianismo contra ella predicando el sexto mandamiento de la ley de Dios. Pero,
me atrevo a decir que, sin esa lucha, la lujuria se habría extendido mucho más.
Por
eso, me preocupa que esas instancias oficiales que dicen combatir la violencia
de género, no hagan ningún caso, incluso detestan, todo este enfoque sobre la
violencia de género. La violencia de género debe ser combatida, aunque sepamos
que la victoria total es imposible. Pero debe ser combatida en su raíz,
educando a nuestros jóvenes para que controlen su sexualidad. Cada uno de
nosotros y la sociedad en general, ganarían mucho si evitamos que nuestros
jóvenes caigan en la lujuria. Y disminuirían notablemente esos casos que nos
impresionan por su atrocidad.
Por
eso, como he dicho antes, me entristecen algunas declaraciones contra la violencia
de género. Un aspecto más de la ineficacia de nuestros políticos que aparentan ocuparse
de los problemas y no los resuelven.
Feliz
Día.
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