domingo, 5 de octubre de 2025

Dia 83, del viaje a la maratón de Valencia. ¿Por qué no?

     Dia 83, del viaje a la maratón de Valencia

¡Buenos días!



Una de las consecuencias de escribir en un blog e intentar hacerlo de hábitos y cosas objetivamente buenas, es que nos guste o no, nos podemos convertir en espejos en los que alguien se puede mirar, aunque no seamos conscientes.

Esa entrada de ayer sobre cómo actuar en política puede ser la chispa para que otro decida actuar de esa manera. Hay que reconocer que toda persona lleva dentro un mecanismo personal y muy potente, que no se alimenta de ningún combustible sólido. Su alimento es un orgullo mal entendido que nos empuja a preguntarnos: “Si él puede, ¡por qué yo no?”. Y entonces alguien puede levantarse y empezar a preparar una maratón o un viaje en bicicleta. Mis hábitos, mi vida, sin darme cuenta, pueden ser la chispa que encienda la motivación de los demás.

Y, es que disfrutar de lo que hacemos es contagioso. Y lo he comprobado personalmente. Cuando un corredor me ve emocionarme al cruzar la meta de una maratón le puede picar la curiosidad de saber qué me emociona tanto. Puedo afirmar que: una emoción no solo se transmite, se contagia.

De la fuerza que tiene un ejemplo y del poder de contagio se desprende que está bien compartir los hábitos buenos que nos fortalecen, nos hacen sentir bien y nos motivan. Hablar de un viaje que nos hizo felices, hablar de esa opción que nos ayudó a superar un momento difícil y, sobre todo, por encima de todo, compartir lo que sucede cuando reflexionamos, y que a pesar de que nuestros problemas puedan seguir exactamente igual, nuestra fuerza interior y la manera de enfrentarlos ha cambiado. Tenemos una verdadera obligación moral de transmitir, contagiar, con sencillez, este gozo a quienes nos rodean.

¿Por qué no?

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